El caso Ruby, el enésimo escándalo que ha protagonizado el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no le ha mermado votos en Italia. A pesar de que la Fiscalía acusa a Berlusconi de favorecer la prostitución de menores, el primer ministro italiano ganaría de nuevo las elecciones si se realizaran hoy.
Concretamente, su partido seguiría acaparando el 30% de los votos, por encima del Partido Democrático, que no pasa del 27%, según publicó ayer el diario El País.
A pesar de este dato, el Instituto Eurispes de Investigación ha presentado un informe que indica que el 68,5% de los italianos no confían en las instituciones, mientras que el Gobierno de Silvio Berlusconi registra una caída de 12 puntos en la confianza de la ciudadanía. Además, los italianos decepcionados con la acción de las instituciones públicas aumentan en 22 puntos, el valor más alto desde el año 2004. Tan sólo logra el aprobado el presidente de la República, Giorgio Napolitano, que pasa de un 62,1% en el año 2009 a un 67,9% en el 2010 y un 68,2% en este año.
Los italianos, señala el informe de Eurispes, tienen poca confianza sobre todo "con respecto al Gobierno y al Parlamento" mientras que el consenso aumenta con respecto al presidente de la República y la magistratura, según informó el diario italiano La Repubblica.
Los jueces pasan de un 44,4% en el 2009 a un 47,8% de confianza en el año 2010 y aumenta más en el año 2011, con un 53,9% de confianza por parte de los ciudadanos italianos, el valor más alto también desde el año 2004.
El aumento de confianza en la magistratura no conviene al primer ministro, Silvio Berlusconi, para conseguir votos entre los italianos en unas posibles elecciones, después de que la Fiscalía de Milán interpusiera una denuncia contra él por prostitución de menores y el primer ministro criticara a los jueces diciendo que se había iniciado "un proceso mediático" contra él.
Reunión del partido. Acosado por los continuos escándalos, Berlusconi se vio ayer obligado a convocar a la cúpula de su partido después de perder la noche del lunes los papeles en un programa de televisión que abordaba el caso Ruby, el proceso abierto por la Fiscalía de Milán contra Il Cavaliere por incitación a la prostitución de menores. Al encuentro asistieron portavoces del Senado y la Cámara de los Diputados del partido, así como algunos ministros del PDL, como el ministro de Justicia, Angelino Alfano, según informó el diario italiano La Stampa.
Berlusconi intervino telefónicamente en el programa El Infiel, presentado por Gad Lerner, en el que sostuvo que estaba "viendo un programa desagradable, con una conducción despreciable, infame y repugnante". El presentador del programa le pidió que se calmase y que moderara "los términos en los que habla". Sin embargo, el primer ministro señaló que se habían presentado hechos "falsos y distorsionados, lejanos de la realidad" en el programa, en el que se trataba el escándalo del caso Ruby.
Desde las filas de la oposición, la presidenta del Partido Democrático, Rosy Bindi, consideró que Berlusconi, "ha superado el límite" con su intervención en el citado programa televisivo. Para Rosy Bindi, los "ataques" de Berlusconi a la televisión son "la expresión violenta de su ineficacia política y moral" y expresó su solidaridad con el presentador Gad Lerner, "con la redacción y con los invitados" que fueron "amenazados e insultados" por el primer ministro italiano.
Un líder "disminuido". Además, el senador del PD Vincenzo Vita sostuvo que el Gobierno "está en manos de un primer ministro disminuido por los escándalos" que "en vez de probar la propia inocencia ante los jueces" intenta "deslegitimar e intimidar a cualquiera que quiera razonar sobre la verdad de los hechos", según el diario Corriere della Sera. También el portavoz del partido Italia de los Valores, Leoluca Orlando, pidió a Berlusconi que "deje de insultar a los periodistas" y vaya "ante los jueces a que lo procesen". Además, Orlando también expresó su solidaridad Gad Lerner por "violenta agresión verbal".
