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Bermejo consigue 'in extremis' un acuerdo que divide a los sindicatos

Tras dos intensas jornadas de negociación, por fin hubo fumata blanca para poner punto final a la huelga de los funcionarios de Justicia, que llevan ya más de dos meses de paro. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 02:50 h.

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Tras dos intensas jornadas de negociación, en la tarde de ayer por fin hubo fumata blanca para poner punto final a la huelga de los funcionarios de Justicia, que llevan ya más de dos meses de paro. El acuerdo ha provocado una honda división entre los convocantes de la huelga.

El ministro de Justicia en funciones, Mariano Fernández Bermejo, consiguió "in extremis" cerrar un acuerdo con los sindicatos de Justicia que puede poner fin a la huelga que dura ya dos meses, un acuerdo que, sin embargo, ha generado una importante brecha en las centrales sindicales. Mientras los líderes de la función pública de UGT y CCOO -los dos sindicatos mayoritarios- decidían firmar ayer por la tarde el documento y desconvocar la huelga, el representante del ámbito de la justicia de CCOO y sus colegas de CSI-CSIF y STAJ, prefirieron esperar a que el documento sea aprobado hoy en referéndum por los trabajadores.

El grado de división que ha provocado el acuerdo ha sido tal, que los firmantes del acuerdo, el secretario de la Federación de Servicios Públicos de CCOO, Miguel Segarra, y su homólogo en UGT, Julio Lacuerda, han tenido que salir de la sede del Ministerio de Justicia escoltados por Policía, entre abucheos y gritos de "traidores" y "nos habéis vendido".

Pese a todo, los cuatro sindicatos convocantes de los paros comparten el contenido de un documento que recoge una parte sustancial de sus reivindicaciones económicas. El acuerdo supone para los funcionarios de Justicia no transferidos un aumento salarial progresivo de 190 euros mensuales de aquí a julio de 2009 -pedían 200 con efectos retroactivos a 1 de enero de 2008-, así como una paga única de 480 euros a primeros de 2009 que compense lo no cobrado durante este primer semestre.

En el pacto firmado por CCOO y UGT los funcionarios se comprometen también a poner al día el trabajo pendiente tras 60 días de huelga en un plazo de tres meses y a adaptarse a las nuevas tecnologías.

Estas horas extras, de carácter voluntario, serán remuneradas y a ellas se podrán acoger todos los trabajadores que lo deseen. En rueda de prensa tras el fin de las negociaciones, y mientras en la calle un centenar de trabajadores protestaba por el acuerdo, el ministro de Justicia en funciones, Mariano Fernández Bermejo, se mostró convencido de que la huelga "ha tocado a su fin" sin que "nadie salga con cara de vencedor ni de vencido".

Pérdida de confianza. El ministro reconoció que había "perdido la confianza" en los responsables de Justicia de ambos sindicatos, confianza que se ha recuperado con el acuerdo de ayer. Preguntado por si este largo conflicto puede influir en su carrera política, Bermejo dijo que no tiene ni "vanidad" ni "ambición", pero precisó que, si el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quiere repetir su confianza en él, estará "encantado de renovar el compromiso" con los ciudadanos.

Por su parte, el representante de CCOO, Miguel Segarra, negó que hubiese "puenteado" a sus compañeros sindicales e insistió en que todos los sindicatos están de acuerdo con el documento, aunque no en su firma inmediata. Julio Lacuerda, de UGT, dijo que si seguía la huelga se podían producir "daños irreparables".

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