Cultura

Bernarda ya descansa con Fernanda

Utrera vivió ayer una intensa jornada de dolor con el duelo y posterior sepelio de la artista

el 29 oct 2009 / 19:54 h.

La capilla ardiente ha quedado instalada en el Ayuntamiento.

Al compás de palmas por bulerías. Así despidió ayer la parroquia de Santiago el Mayor a Bernarda de Utrera, tras el funeral que se celebró en su memoria con motivo del fallecimiento de esta importante artista local. Familiares, amigos, algunos representantes del mundo flamenco -muy pocas figuras se dejaron ver por la ciudad- y las autoridades civiles quisieron acompañar a Bernarda en su último adiós.

Fue una tarde llena de momentos emotivos, desde que el féretro salió del Salón de Plenos del Ayuntamiento -donde estuvo instalada la capilla ardiente- entre los aplausos de los presentes, hasta que una plancha de mármol blanco selló definitivamente su mausoleo en el cementerio municipal.

El féretro, cubierto por las banderas andaluza y romaní, y por el manto de la patrona de Utrera, la Virgen de Consolación, de la que era muy devota, fue portado a hombros desde la Casa Consistorial, para recorrer las calles del centro de la ciudad hasta su llegada al templo donde el delegado episcopal de Pastoral Gitana, Emilio Calderón, presidió el sepelio.

Hasta allí se desplazó la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, quien deseó que "no se cumpla la afirmación que he oído de que Utrera se queda sin cante con la muerte de Bernarda, porque estoy segura de que habrá nuevas generaciones que continúen la tradición de este arte centenario", ya que "han recogido la tradición de una voz desgarradora, auténtica y singular como la de esta cantaora". Junto a Torres, también estuvieron presentes el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno; el director del Instituto de la Cultura Gitana, Diego Fernández; el director de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, Francisco Perujo; así como varios miembros de la corporación municipal, encabezados por el alcalde, Francisco Jiménez.

La soleada y calurosa tarde de ayer quedó enmudecida al paso del cortejo fúnebre, que discurrió por la calle que lleva el nombre de Fernanda y Bernarda, y paró ante el monumento que ambas hermanas tienen en la ciudad, donde fueron depositadas dos coronas de flores. Dos de las muchas ofrendas que llegaron a lo largo de la jornada procedentes de distintos ámbitos.

Todas ellas ya acompañan el cuerpo de la artista utrerana, que descansa en el mausoleo que el Ayuntamiento encargó al artista local Pedro Hurtado, y donde también ayer fueron depositados los restos mortales de su hermana Fernanda, fallecida hace tres años.

Con la desaparición de Bernarda, el mundo del arte se queda huérfano de "otra gran maestra, otro gran pilar del flamenco", como señaló ayer la cantaora Esperanza Fernández. Otra personalidad que se dejó ver por Utrera, además de los artistas locales, fue la cantante de copla Gracia Montes, que también quiso acompañar a la familia en estos tristes momentos.

Junto a ellos, y aunque no estuvieron presentes en la ciudad, hubo rostros conocidos que no quisieron dejar de mostrar su dolor por el fallecimiento de Bernarda. Fue el caso de Miguel Poveda, quien afirmó que "la pérdida de un artista de ese calibre es muy grande para el mundo del flamenco"; Carmen Linares, que señaló de la utrerana que era una "cantaora festera, con gran personalidad"; Martirio o Pitingo, entre otros muchos.

Todos ellos se unieron al dolor de un pueblo, el de Utrera, que hoy vive el segundo de los tres días de luto decretados por el Ayuntamiento con motivo de la muerte de una de sus hijas predilectas que, desde el cielo, seguro que estará cantándole por bulerías a su Virgen de Consolación, en compañía de Fernanda de Utrera.

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