Al margen de las salidas marcadas de jugadores ya contrastados en la primera plantilla, y cuyos sueldos también influyen en su tipificación como descartes, el club también ve con buenos ojos el fogueo de algunos de sus canteranos con mejor cartel en el mercado.
La buena experiencia de Armenteros, así como la dificultad de encontrar un sitio en el once para este perfil de futbolista, lleva a los técnicos a considerar una cesión como la fórmula más idónea para su crecimiento en el fútbol. En este sentido hay nombres propios como los de Rodri y Bernardo, quienes tendrían las puertas abiertas si llegara una oferta convincente y con garantías de minutos, aunque sobre todo en el caso del delantero la idea es esperar a que llegue ese jugador deseado por Marcelino para no descuadrar la plantilla en esa posición durante la pretemporada. Equipos como el Elche han mostrado un firme interés en lograr su cesión, pero de momento el Sevilla prefiere ganar tiempo.
Similar es la situación de Luis Alberto. La joven perla de la cantera sevillista se incorporó más tarde a la concentración del primer equipo en Costa Ballena debido a sus problemas para cerrar la renovación. Una vez quedó firmada, el jugador se puso a las órdenes de Marcelino y de momento no hay una decisión firme sobre donde jugará la próxima temporada. En principio existen hasta tres posibilidades. Por un lado, que se quede en el primer plantel con un dorsal entre los 25. Por otro, que alterne con el filial, y hasta incluso existe la opción de que salga cedido a otro equipo como Rodri y Bernardo.
Diferente es el caso de Alfaro, quien ha pasado de estar descartado, a vivir una polémica relación con el Betis y ahora a no tener claro su futuro. El jugador quiere la carta de libertad y sabe que el tiempo juega a su favor en ese sentido, pero el club no está dispuesto a dejarle marchar libre a estas alturas del verano, aunque su salida está casi asegurada.
