Cuando a las ocho de la mañana la Basílica abra hoy sus puertas, el Señor del Gran Poder amanecerá en San Lorenzo protegido por la nueva mampara de seguridad blindada que le mantendrá a salvo de cualquier intento de agresión.
Durante toda la jornada de ayer, a fin de facilitar los trabajos de instalación de la mampara, la imagen del Nazareno, ataviada con la túnica de los cardos y con la cruz a cuestas, permaneció a los pies de su altar sobre un pequeño pasito adornado con un friso de claveles rojos, una ubicación poco habitual que despertó la curiosidad de los centenares de fieles que a diario desfilan por el templo.
"¿Con qué motivo han puesto ahí al Señor? ¿Acaso va a salir". Miguel, el capiller de la hermandad, respondía una y otra vez a las preguntas de los fieles. "Cuando se les dice que es porque le van a poner el cristal nuevo les da una gran alegría..., porque de nuevo se podrá besar su talón a diario".
Pasadas las doce del mediodía, cuatro operarios de la empresa Cristalería y Aluminios Guzmán S.L., perfectamente uniformados, descargaban en plena plaza de San Lorenzo las tres hojas de cristal blindado que componen la mampara.
En el interior del templo son muchos los devotos que aprovechan la cercanía del Señor para fotografiarse ante la imagen o llevarse guardada a casa en el móvil tan insólita estampa. María Rubio, devota del Señor, considera razonable que la hermandad haya adoptado mayores medidas de seguridad en torno a la imagen "después de lo que pasó y de lo difícil que están las cosas". En contra de lo que algunas voces preconizan, María no cree que el Nazareno de Juan de Mesa vaya a perder cierta cercanía con los fieles. "Para las personas que tenemos fe, seguro que no. Para aquéllas que sólo ven una escultura, a lo mejor sí", señala.
Mientras la embocadura de su altar aparece cegada por una cortina de damasco rojo, los instaladores de Cristalerías Guzmán siguen operando a resguardo de la vista de los fieles. Los cultos en la Basílica, sin embargo, no se vieron ayer alterados por los trabajos de instalación de la mampara. El templo de San Lorenzo mantuvo su horario habitual de apertura a los fieles y en su interior se oficiaron las seis misas que a diario acostumbran a celebrarse.
La nueva mampara que desde hoy protege al Señor de Sevilla es de un cristal blindado de grosor especial que absorbe los reflejos, y los cerca de 5.0000 euros que cuesta su colocación serán asumidos por la fundación Juan Moya, según explica el hermano mayor, Enrique Esquivias. Desde esta misma mañana, las visitas al camarín del Señor -limitadas drásticamente a los viernes tras la agresión que sufrió la imagen en junio- vuelven a reanudarse a diario. Las barandillas de hierro que antes acordonaban el altar han sido sustituidas por dos grades hojas de cristal, más una tercera central a la altura de los hombros del Señor y con orificios para el talón del Nazareno y el brazo largo de la cruz. La hermandad suprime, en consecuencia, la presencia de un vigilante privado en el camarín.
