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Betis-Albacete: día D para Mel y el Betis

El equipo verdiblanco recibe al penúltimo y está obligado a reaccionar ya.

el 26 feb 2011 / 21:07 h.

Pepe Mel afronta hoy un partido clave. Lo dijo él mismo.
El Betis, el equipo con más historial, poderío y potencial de Segunda por mucho que ahora malviva en concurso de acreedores, ha perdido sus cinco últimos partidos, ha pasado del liderato a la tercera plaza, se ha sumido en un bache futbolístico que lo convierte en irreconocible y anda bajo mínimos en confianza y autoestima. La situación roza el drama (deportivo, se entiende) y el Betis no dispone ya del más mínimo margen. Y quien dice Betis dice Pepe Mel. El técnico, que se ganó todo el crédito del mundo gracias a los cinco maravillosos meses que regaló al beticismo entre septiembre y enero, no tiene sin embargo más opción que resucitar a sus hombres a la voz de ya si no quiere que su puesto corra peligro. Ese ‘ya' es hoy mismo, esta tarde, frente al Albacete y delante de una afición que asiste a la caída de los suyos desde la incredulidad y la indignación. Otra derrota, la sexta consecutiva, pondría a Mel más cerca del INEM que de seguir trabajando en Heliópolis.

Recibe este Betis herido y compungido al penúltimo de la clasificación. No hace demasiado, el encuentro no admitiría ningún dilema: ganaría el conjunto verdiblanco y seguramente lo haría por dos o tres goles de diferencia. Así ocurrió por sistema en el Villamarín durante la primera vuelta. Pero el contexto ahora es muy distinto. El Betis no ha conseguido ni un mal punto desde el 15 de enero (3-0 con el Alcorcón), no marca en jugada desde ese mismo día (Miki Roqué, de cabeza en un córner) y  su estancamiento, en resumen, no parece tener límites. Su adversario no lo lleva mucho mejor, de hecho viene de un empate tras cinco derrotas consecutivas, pero en La Palmera no están para fiarse de nadie. En esta coyuntura no es que no haya rival pequeño, es que todos los rivales son gigantes.

En su intento de no dar más ventaja al Celta y al Rayo, y también de asegurarse su continuidad en el banquillo, Mel sólo tiene inconvenientes. El primero es el estado anímico de sus futbolistas, en depresión franca y progresiva desde que comenzó esta pésima racha en Villarreal; habrá que ver si el trabajo psicológico de la semana ha servido para algo. El segundo es el sinfín de lesiones que ha acompañado a su equipo casi en paralelo a esta macrocrisis: Miki Roqué, Momo y Fernando Vega están más que descartados desde hace días, Miguel Lopes volvió a lesionarse ayer, Emana lo tiene muy complicado y Roversio también es dudoso.

Con este plan, al míster verdiblanco sólo lo rodean dudas. De hecho, hasta hoy no dará la lista de convocados, así que del once titular, ni hablar. Los pocos puestos fijos son para Casto, que repetirá en la portería; Dorado en el eje de la zaga; Isidoro y Nacho como laterales; Iriney y Salva Sevilla en el centro del campo; y Rubén Castro y Jorge Molina en ataque. A partir de ahí, preguntas y más preguntas: ¿quién será el otro central, Arzu o Belenguer? ¿quién acompañará a Iriney, Arzu o Beñat? ¿quién ocupará la banda derecha, quizá Juanma? El propósito de Mel desde luego es recobrar la solidez defensiva del grupo, que ya apuntó una cierta mejoría en Valladolid, dar velocidad a la circulación del esférico y, sobre todas las cosas, volver a marcar goles. En cinco partidos sólo ha habido uno, y desde el punto de penalti.

EL ALBACETE DE DAVID VIDAL. El Albacete, el primero capaz de vencer al Betis esta temporada, llegó ayer a Sevilla tras siete horas de autobús. David Vidal relevó la semana pasada a Antonio Calderón e intenta volver a evitar el descenso a Segunda B, igual que el año pasado, pero su equipo es penúltimo, acumula seis jornadas sin ganar y sólo ha degustado cinco victorias en toda la temporada. ¿Lo convierte eso en un rival propicio para que el Betis reviva y Mel sobreviva? En el plan en el que está el otrora líder de Segunda, quién sabe, la verdad.

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