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Betis-Barça B: si el tiempo no lo impide...

El Betis, con un ojo en el cielo y otro en el césped, recibe otra vez al filial con la intención de ampliar su ventaja sobre Rayo y Celta. Emana, Rubén Castro e Isidoro son duda.

el 07 dic 2010 / 21:57 h.

Rubén Castro y Emana (flanqueando a Iriney) son duda para hoy.
La vida, con permiso de la lluvia, da hoy una segunda oportunidad al Betis y al Barcelona B para que disputen el partido que no pudo ser el pasado 27 de noviembre y que la Federación encajó en este 8 de diciembre, Día de la Inmaculada y punto final de un puente que nunca antes hizo más honor a la palabra, porque puentes son lo que hace falta para pasar por encima de tantísima agua como ha caído desde el domingo. Festividades y puentes aparte, y siempre que el mejorado drenaje del estadio Benito Villamarín lo permita, el caso es que el Betis de Pepe Mel dispone esta tarde de una excelente ocasión para embellecer aún más su impecable trayectoria en casa, donde ha ganado los 18 puntos en juego, y agrandar su ventaja respecto al Rayo, segundo, y sobre todo el Celta. Si gana, el líder de Segunda se marchará a seis puntos de distancia del tercero, que es el primer puesto fuera de la zona de ascenso directo.

La empresa no será fácil para el batallón verdiblanco, por mucho que el filial del mejor equipo del mundo lleve un mes sin ganar ni un solo partido. El problema verdiblanco es que tiene tantas dudas por molestias físicas que su entrenador ni siquiera facilitó ayer la lista de convocados. Dos de esos hombres cuya participación es una incógnita son los más determinantes en ataque, Rubén Castro (diez goles) y Emana (siete). El canario no pudo ejercitarse ayer y el camerunés se retiró a mitad de entreno por culpa del tobillo que ya se lesionó en Vigo. Y no son los únicos. Isidoro, que en las últimas jornadas se ha hecho fuerte en el lateral derecho, regresó de Soria con una subluxación de la clavícula izquierda y Miki Roqué padece una lumbalgia.

De Isidoro, según recalcó ayer Mel, "dependen muchas cosas". Si el hombro del canterano no se recupera, el técnico recuperará a Miguel Lopes para el flanco defensivo, así que por ahí no existe ningún inconveniente para el míster verdiblanco. Su problema, o su queja, quizás consiste en que pensaba reconstruir el 4-3-3 que tan mal funcionó en Los Pajaritos eliminando a uno de los pivotes e insertando al portugués en la banda, aunque como interior, para así apuntalar un sistema defensivo que frente al Numancia tuvo menos consistencia que los tepes del Villamarín el día del aplazamiento. Pero si Isidoro no está apto y Miguel Lopes debe volver a ser lateral, la idea se le viene abajo a Mel. De todas formas, algún cambio se intuye porque el rendimiento del equipo el sábado dejó muy poco convencido al entrenador. A lo mejor es la hora de que Beñat regrese al once: viene de cumplir una sanción, pero antes se reivindicó con unos minutos de notable alto en Cartagena.

Además de estas dudas y del estado del césped, el Betis se enfrenta a un equipo, como es obvio. El Barcelona B de Luis Enrique no ha ganado ninguno de sus tres últimos encuentros (empató con el Recreativo y el Valladolid en casa y fue goleado en Granada) y además pierde a Fontás, Bartra, Jonathan dos Santos y Víctor Vázquez, ya que todos jugaron anoche con el primer equipo en la Liga de Campeones; Fontás y Vázquez incluso marcaron. Los cuatro son titulares indiscutibles, pero los filiales son imprevisibles por antonomasia y el del Barça, además, suele jugar bastante bien al fútbol esté quien esté. De hecho va cuarto, así que Mel no se fía. "Hay que tener cuidado. Es el único equipo que ha ganado en Vigo y en Alcorcón, además marcando tres goles. Tocan bien la pelota y tienen gente muy rápida arriba, como Nolito, Rochina y Jonathan Soriano", dijo ayer. Luego salió y miró arriba. Entre el cielo y el césped vive hoy el Betis.

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