El Betis lleva cinco jornadas sin ganar y cuatro sin marcar, ha conseguido sólo dos de esos quince puntos y su fútbol deambula por una indefinición y una vulgaridad que han provocado su desplome en la clasificación. La crisis, tan patente en los resultados, también lo es en el juego, pero el Betis la ha hecho mayor de lo que aconseja su privilegiada posición en la tabla con su reclusión en Montecastillo, lógica por una parte pero exagerada por otra. Orden de alejamiento de la prensa, eliminación de la comparecencia de Pepe Mel en la víspera del encuentro... La consecuencia es que hoy recibe al poderoso y europeo Málaga y da la entera sensación de que se trata de una final. Pero ni el Betis se está acercando al abismo (es octavo, tiene Europa a un punto y el descenso a dieciséis) ni el míster está cuestionado ni la racha se parece de lejos a la del uno de treinta de la pasada campaña. Por una vez, aunque quizá no sea la primera, el club ha agravado lo que en realidad no es tan inquietante.
En el fondo, los enfrentamientos del Betis con el Málaga han ido adquiriendo una trascendencia que en teoría no se esperaría de un duelo regional. Y ni siquiera hay que remontarse a aquella última jornada de la 84-85 en La Rosaleda, cuando el 1-1 entre ambos mandó a los malacitanos a Segunda. Mucho más recientemente, en la 2003-04, otro Betis-Málaga se convirtió en una final para Víctor Fernández, que la salvó gracias a un 3-0 encarrilado por un golazo de Alfonso y una de las muchas lecciones que Joaquín dio en el Villamarín. Hasta el 0-0 de la pasada campaña fue trascendental, ya que supuso el único punto del Betis en medio de aquella terrorífica serie de diez jornadas sin ganar y de alguna manera proporcionó a Mel aire para alcanzar el final del túnel.
Sea o no una final, el Betis necesita ganar. Para evitar esos fantasmas que le rondan, por supuesto, y porque los aspirantes a Europa están incrementando la velocidad justo ahora que los verdiblancos van marcha atrás. La Real Sociedad, el Valencia, el Rayo, incluso el Getafe y, lógicamente, el Málaga empiezan a encarecer las plazas continentales. El enemigo de turno es el peor de ellos: cuarto en la Liga, octavofinalista en la Champions y con una trayectoria opuesta a la de su anfitrión, acumula cinco jornadas sin perder frente a las cinco sin ganar del Betis. Los heliopolitanos han tenido la mala fortuna de que el calendario ha esperado a su peor momento para emparejarlos con equipos enrachados. Les ocurrió ante el Espanyol, les ocurre ante el Málaga y volverá a ocurrirles el próximo domingo con la Real Sociedad.
Para reinvertir estas tendencias, algo que no pudo ni mereció conseguir en Cornellá-El Prat, el Betis se aferra a la recuperación de hombres importantes. El que más lo es se llama Rubén Castro y está disponible, aunque hasta hoy no se sabrá si va convocado. El técnico también recupera a Pozuelo y Cañas y no pierde a Chica, que resolvió para bien la incertidumbre sobre su rodilla. Sí prescinde de Paulao por sanción y Rubén Pérez y Vadillo por lesión. Lo más normal es que Mario acompañe a Amaya y que Cañas se una a Nono y Beñat. En ataque, como todo depende de Rubén, hay múltiples combinaciones. Otra novedad de la citación puede ser Sergio Rodríguez, que no irá con el filial al campo del UCAM Murcia.
En el Málaga, Manuel Pellegrini sí dio ayer la lista. Están Joaquín, erigido de nuevo en líder en esta etapa costasoleña de su carrera, y Santa Cruz. Las novedades son el regreso de Duda y las ausencias de Onyewu y Seba Fernández. Siguen de baja Eliseu y Jesús Gámez. Y además están Weligton, Lugano, Demichelis, Toulalan, Saviola, Baptista e Isco, entre otros. El equipo del jeque visita al equipo del concurso de acreedores.
REAL BETIS: Adrián; Chica, Amaya, Mario, Nacho; Nono, Cañas; Campbell, Beñat, Pabón; y Rubén Castro.
MÁLAGA CF: Willy Caballero; Sergio Sánchez, Demichelis, Weligton, Antunes; Iturra, Toulalan; Joaquín, Baptista, Isco; y Saviola.
Árbitro: Estrada Fernández (C. Catalán).
Estadio: Benito Villamarín.
Hora: 21.00. TV: Canal+Liga y Gol T.
