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Betis-Salamanca: agonía o resurrección

El Betis recibe al Salamanca y no tiene más remedio que ganar. No para que se salve Antonio Tapia, cuyo puesto sigue en el aire, pero sí para no hundirse más en la tabla.El ambiente que rodea a los verdiblancos no es el más idóneo por los rumores de destitución del técnico Antonio Tapia.

 

el 15 ene 2010 / 15:02 h.

La primera vuelta de la temporada en Segunda División está a punto de acabar, así que el campeonato casi va ya por la mitad, y el Betis no sólo anda séptimo, sino que cada vez se aleja más de su meta. Los dos colíderes están a doce puntos de distancia y el tercero, a cinco. Así llega el conjunto verdiblanco al penúltimo partido de la primera ronda, el último en casa, y así tiene que recibir al Salamanca. En su peor momento de toda la campaña, sin ningún partido aplazado pendiente que le sirva de coartada, con el entrenador más fuera que dentro y con el fútbol del equipo bajo cero. Y como sucedió en aquella otra final contra Las Palmas, no obligado, sino obligadísimo a ganar. Para qué, no se sabe. Quizás para que Antonio Tapia prolongue su agonía en el banquillo, quizás para que la crisis no llegue a la categoría de irreversible... Como mínimo, eso sí, para no distanciarse todavía más del Numancia, que es la referencia, y por supuesto para honrar a su afición, que de paciente va a batir todos los récords que dejó el santo Job.

El Betis de Tapia (por ahora) se enfrenta al Salamanca, otro de esos conjuntos que a lo tonto, a base de mantener una mínima regularidad, ya está empatado a puntos con el otrora favorito número uno. Es más, la Unión sí que dispone de un partido menos, el que se aplazó el último fin de semana contra el Castellón por culpa de la nieve. He ahí otra razón para motivar al Betis: si gana, no retrocederá más puestos en la tabla ni aunque los charros venzan al colista. La suspensión de ese encuentro, por cierto, beneficia indirectamente a los heliopolitanos: el doble pivote titular del Salamanca, formado por los ex sevillistas Salva Sevilla y Álvaro Jurado, se cae por una sanción que debían cumplir ante el Castellón pero que cumplirán hoy.

El partido, huelga decirlo, se juega en el campo del Betis. Este es un dato importante para la escuadra de Tapia, ya que la mayor parte de su crédito se debe a su trayectoria como local, con el tercer mejor balance del campeonato (sus 19 puntos en nueve partidos sólo son superados por los 28 del Hércules y los 26 de la Real Sociedad en diez). Además, es el que menos goles ha encajado en feudo propio (sólo tres) y está invicto. A falta de otros argumentos, con la pegada como un bonito recuerdo del pasado y la fragilidad defensiva siempre vigente, el Betis puede agarrarse a su solidez casera.

Casualmente, cosas de la estadística, el tercer mejor local de la categoría se enfrenta al tercer mejor visitante, con 13 puntos en nueve salidas (sólo batidos por los 16 del Nástic y los 15 del Cartagena). La Unión no ha perdido en ninguno de sus tres últimos viajes y en uno de ellos se impuso al Cartagena (3-4). En general, el conjunto charro sólo ha perdido uno de los seis últimos encuentros (0-1 en casa contra el Rayo) y ha hecho algo que para el Betis sigue siendo una utopía: enlazar tres triunfos consecutivos (lo logró entre noviembre y diciembre ante Recreativo, Albacete y Cartagena). Su entrenador, Juan Carlos Oliva, recupera a Laionel, Cuéllar, Sito Castro y Goikoetxea, pero no a Despotovic ni a los susodichos Sevilla y Álvaro.

En el Betis, Tapia empezará a escribir el epílogo de su carrera en verdiblanco (o no, porque si ahora empieza a ganar partidos...) con varias novedades, como la posible entrada de Juande por el sancionado Iriney, el retorno de Pavone a la titularidad o el regreso de Juanma, baja por lesión en Soria. Está por ver que los cambios hagan de este Betis otro Betis. Hasta ahora, ninguna revolución ha arreglado la cuesta abajo del equipo.

 

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