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Betis-Salamanca: ni por la amistad ni por la Unión

El Betis recibe a un rival con el que está casi hermanado, pero no tiene más remedio que vencerle para llegar en puesto de ascenso a los duelos directos contra el Rayo y el Celta.

el 18 mar 2011 / 22:28 h.

El Betis y el Salamanca están unidos por una conexión que trasciende lo futbolístico y que nació una mañana de octubre del año pasado, mientras Miguel García revivía sobre el césped del Helmántico. La intervención del doctor Tomás Calero, la reacción de los seguidores béticos y el posterior comportamiento del club de Heliópolis y su afición consiguieron que en la bella ciudad castellana surgiera una corriente de simpatía hacia un equipo que ya caía bastante bien desde junio, cuando acudió allí a jugarse (y perder) el ascenso junto a 7.000 béticos. Existe empatía entre el Betis y el Salamanca, sin duda, y hoy será un día de hermandad en el Villamarín, pero más allá de los homenajes está el ascenso. Y la permanencia. El Betis necesita ganar al Salamanca y el Salamanca necesita ganar al Betis, así que esta tarde, desde la perspectiva verdiblanca, el objetivo deportivo está por encima de la amistad y de la Unión. De la Unión Deportiva Salamanca, por supuesto.

El equipo de Pepe Mel no puede permitirse un tropiezo en este punto del campeonato por varias razones. La primera, obvia, es que la lucha por las dos primeras plazas es muy cerrada y cualquier traspié puede provocar consecuencias irreversibles. La segunda es que el Betis ha dejado atrás ese bache en el que se hundió durante un mes entero y no sería muy oportuno que volviese a tropezarse ahora que ha cogido carrerilla y justo antes de jugarse media Liga en los duelos directos contra el Rayo Vallecano y el Celta. Y por último se trata de un partido en casa y frente a un rival que va quinto por la cola y llega a Sevilla con múltiples e importantes bajas, aunque eso no convierte el triunfo en regalado: en su último viaje, de hecho, el conjunto charro batió al Granada en el mismo escenario donde el Betis sucumbió por 3-0.

Mel ha tenido mucho cuidado en alertar a sus futbolistas de la dificultad del oponente y en aislarlos de lo que se avecina en las dos siguientes semanas. No quiere el madrileño ninguna distracción y por ahí ha encauzado su trabajo de concienciación. Por ahí y por la recuperación del once que goleó a otra Unión Deportiva, la de Las Palmas, en su última comparecencia doméstica. La única novedad respecto a aquella alineación será la entrada de Iriney (ya titular en Gerona) por Beñat, sancionado. "La referencia del último partido aquí nos fue bien. No podemos jugar de la misma forma por la ausencia de Beñat, pero pondremos a los mejores para ganar el partido. Para eso habrá que abrir el campo y tener el balón", explicó ayer el técnico verdiblanco. En otras palabras, Ezequiel (o Israel, aunque no parece lo más probable) ensanchará el rectángulo por la izquierda para que Rubén Castro, reconvertido definitivamente en interior o extremo, lo haga por el otro flanco.

MIGUEL LOPES, DE VUELTA. No se esperan mayores novedades en el once del Betis. La convocatoria es otra historia, ya que en ella se espera por fin la presencia de Miguel Lopes, inédito desde hace tres meses por una rotura muscular, una lumbociatalgia y por último una bronquitis. El gafe se le ha acabado al portugués y esta mañana, si no median nuevos contratiempos, aparecerá en la lista del Betis. La de su rival es todo lo contrario, plagada como está de bajas: Arbilla, Moratón y Mario Rosas están sancionados, y Goikoetxea y Quique Martín, lesionados. No le va bien a Pepe Murcia, pero su Salamanca quiere volver a nacer igual que Miguel García aquella mañana de otoño en la que el Betis y la Unión se convirtieron en equipos casi hermanos.

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