El Real Betis y el Sevilla FC están listos para jugarse el desenlace del gran derbi europeo / Kiko Hurtado - Ramón Navarro
La ciudad de Sevilla estará representada mañana en el sorteo de los cuartos de final de la Liga Europa porque uno de sus equipos estará entre los ocho mejores de la segunda competición continental. Sólo falta conocer quién tendrá el privilegio de ver cómo la UEFA apunta su nombre en la correspondiente bolita. Dicho así, con semejante neutralidad y optimismo, suena hasta bien, pero conocer el desenlace pasa por un encuentro en el que reinará cualquier cosa menos la neutralidad y en el que el optimismo sólo aparecerá al final, cuando el eminente árbitro portugués Pedro Proença señale el término de esta eliminatoria inédita. El Betis y el Sevilla, el Sevilla y el Betis, vuelven a enfrentarse por segunda vez en siete días para acabar de decidir quién se clasifica y como el cruce nunca antes se dio en la historia de la eterna rivalidad, el resultado será obligatoriamente histórico. Ysorprendente. Si los verdiblancos hacen bueno el 0-2 de la ida, habrán confirmado el pronóstico que para hoy los sitúa como favoritos pero no dejará de ser inesperado que el último de la Liga española bata al séptimo. Ysi los blanquirrojos son capaces de remontar, el séptimo habrá batido al colista pero no dejará de ser sobresaliente que un equipo pase de ronda después no marcar ni un tanto y encajar dos en su campo. Pase quien pase, podrá hablarse de una sorpresa tan enorme como el sofocón que aguarda al que se quede en el camino. La noche promete ser intensa, agónica. Cardíaca, que dirían los clásicos. Los béticos contemplan el partido de vuelta desde la tranquilidad inherente a la amplia renta que su equipo obtuvo en el Sánchez-Pizjuán, pero aquel tópico de que en fútbol todo es posible se agranda en el caso de la rivalidad sevillana. Yhablar de eliminatoria sentenciada en el Betis es como hablar de descenso asegurado: es la opción más lógica, pero no por ello los seguidores descartan la posibilidad contraria. Los sevillistas, por su parte, se han sobrepuesto al trauma que representó para ellos la derrota en su feudo hasta alcanzar un grado de confianza que, como casi todo lo que rodea el derbi, diríase ilógico. A día de hoy, su convicción de que la remontada es posible parece similar a la creencia de sus adversarios de que serán ellos quienes estén el viernes en Nyon.
Las cuentas están claras como el agua. El Sevilla no tiene más remedio que marcar dos goles como mínimo, tres si quiere pasar sin someterse a la caprichosa suerte de los penaltis, y el Betis no está obligado nada más que a dejar pasar los minutos, aunque se intuye que apostar por esa actitud sería un craso error. Y no sólo se intuye, sino que su entrenador y sus futbolistas ya han avisado de que esa táctica resulta más dañina que beneficiosa. En todo caso, si es posible pronosticar cómo puede desarrollarse un partido de este tipo, la experiencia indica que el Sevilla manejará la posesión del balón y el Betis se refugiará en su mitad del rectángulo para sondear cualquier posible contragolpe. Dicho lo cual, Unai Emery no se volverá loco ni saldrá en tropel a por su rival y Gaby Calderón tampoco se volverá loco ni encerrará a sus hombres en el área propia.
Los 22 protagonistas de este derbi para la historia están casi claros, aunque no todo es transparente. Nunca lo es y en un derbi, menos. En los locales hay dos dudas. Una, quién será el lateral izquierdo: una vez revelado que Amaya será el derecho, Calderón tiene a Jordi y al joven Varela. Y dos, si Baptistao será titular, algo que parece improbable, de modo que el sitio sería para Juanfran, reservado en Elche. Sin descartar que el míster prescinda de Salva y refuerce la medular con Nono. En el bando visitante, la incertidumbre atañe a la pareja de Rakitic, con más opciones para Mbia pese a su inactividad reciente, aunque Fazio e incluso el canterano Luismi son alternativas nada desdeñables.
