La venta de las acciones de Farusa a Betis Sport vivió ayer otra jornada confusa. Canal Sur adelantó que el grupo comprador había frenado la operación al descubrir una deuda de la que Manuel Ruiz de Lopera no quería encargarse. Poco después, Betis Sport desmintió todo. El trato puede cerrarse mañana ante notario.
Faltan sólo horas para que acabe el plazo que anunció el Betis para el traspaso de poderes, pero la situación no se aclara, más bien al contrario. Ayer fue un buen ejemplo. En plena sobremesa trascendió que Betis Sport revisó las cuentas del club durante las reuniones del martes y el miércoles y había descubierto una deuda hasta ahora desconocida que deberían pagar ellos, ya que Manuel Ruiz de Lopera se negaba. Y por la tarde intervino Francisco Sánchez Quintana para decir que no, que la auditoría no frenaría la operación y que todo era culpa de la oposición, aunque la filtración provenía de ellos mismos. A todo esto, fuentes próximas a la negociación garantizan que el acuerdo se cerrará mañana viernes ante notario, en un acto formal al que no acudirá Lopera. Quizás lo haga Luis Salcedo, representante de Farusa en el consejo del Betis.
El grupo comprador difundió un comunicado en la web del club para disipar dudas. "Betis Sport SL [...] quiere hacer constar que la operación de compra [...] se encuentra en su fase de terminación, redactándose los documentos necesarios de traspaso de las acciones, así como los documentos bancarios necesarios para dicha operación, con plena satisfacción por ambas partes".
El Betis corroboró esa versión desvelando que Betis Sport estuvo el lunes en el despacho del notario Miguel Ángel del Pozo Espada para enviar una notificación al Consejo Superior de Deportes en la que ratificar su intención de comprar. La radio del club añadía que sólo están a la espera de que el banco que pone el dinero intercambie documentación con el banco donde será ingresado.
La situación, de todas formas, no debe de estar tan clara. En primer lugar, porque Betis Sport achacó a la oposición una filtración que en realidad provenía de ellos mismos. En segundo lugar, porque varios miembros de este grupo fueron vistos ayer en un hotel cercano a la calle Jabugo quejándose amarga y públicamente de que Lopera ni siquiera les cogía el teléfono. Este periódico incluso pudo saber que Sánchez Quintana recibió una reprimenda del máximo accionista por las filtraciones que dieron lugar a la información de Canal Sur.
