En la BiblioPuma no van sobrados de euros (tampoco es que hagan falta muchos más), pero sí que sobran sonrisas. Sus esmerados responsables y su público parecen haber hecho algún tipo de conjuro mediante el cual andan como poseídos por un contagioso buen rollo que les lleva a hablar de esta iniciativa cultural y vecinal como de uno de los tesoros más preciados de sus vidas.
Ojo, hablamos de libros, de películas, de discos, de revistas y de cómics. De lo que vendría a denominarse cultura en general. Julia López, una las personas más implicadas del lugar, resume el asunto: "La BiblioPuma es una biblioteca popular y autogestionada en la que cualquier persona, independientemente de su cultura, procedencia o medios económicos puede venir y hacerse socio, proponer actividades y participar en el proyecto".
En medio de todo esto, los políticos son bien recibidos. Aunque lo que más han llegado a hacer es asomar la patita. Unos... otros, los actuales, ni están ni tampoco se les espera. Ellos se lo pierden. Contábamos que en la BiblioPuma sonríen hasta las mascotas que entran acompañadas de sus dueños quien sabe si con el noble empeño de agenciarse unos cómics de Canuto y canito. Por el camino, el lugar tiene en su memoria actos como el homenaje póstumo a Saramago, que en su día apoyó a la Casa del Pumarejo, se celebran en ellas cuentacuentos para niños y no tanto, presta servicio de wifi a todo el lugar y es un recinto abierto a cualquier proposición decente que tenga algo que ver con la cultura.
Hacer barrio es uno de sus principales empeños. Y en esto, por las propias características del lugar en el que se halla, tiene que ser un poquito combativa. Aunque sólo fuera por honrar la memoria de Rosa Moreno, advocación seria de la BiblioPuma y nombre puesto en honor de una anciana muy guerrillera de la Casa que falleció recientemente.
Tres años celebraron ayer, tres años que han dado para atesorar más de 5.000 referencias puestas a disposición de todo el mundo. Y aunque todavía tengan que luchar contra la idea de quienes creen que en su interior se compilan los 1.001 discursos de Fidel Castro y los textos apócrifos de Rosa Luxemburgo, en realidad, lo que aquí hallará el curioso son novelas a mogollón, biografías a tutiplén y libros de filosofía de todos los colores. También hay banquete para los niños, más que banquete, un gran festín de cuentos y de libros.
De acuerdo, su horario no es para tirar cohetes. Pero ¿quién da más? "Aquí todo lo hacemos por amor al barrio y a la cultura", resumía ayer Julia López. Que San Luis siga siendo uno de lo focos con más animación y vida propia de Sevilla es gracias a grandes pequeñeces como la BiblioPuma, un lugar que se ha hecho a la medida de sus vecinos. Todo proviene de ellos, hasta los muebles. Por eso y porque la Casa del Pumarejo ya aparece en algunas guías de viajes como el corazón de la Híspalis libertaria, abierta de mente, contracultural y cultural, iconoclasta y con los brazos abiertos a la visita. Por todo eso y por todo lo anterior, la BiblioPuma tenía ayer mucho que celebrar. Tres años no son nada.
DE UTILIDAD
Qué: BiblioPuma, nombre coloquial de la Biblioteca del Pumarejo.
Dónde: Se encuentra ubicada en un local de la fachada de la Casa Palacio del Pumarejo, junto a la puerta.
Horario: Lunes y Miércoles de 19.00 a 21.00 horas, sábados de 12.00 horas a 15.00 horas.
Más información: En la BiblioPuma residen más de 5.000 libros, además películas, música y juegos. Dispone además de varios ordenadores con conexión a internet y de un espacio reservado para los niños. El acceso es libre y gratuito y funciona gracias a las donaciones de los vecinos de la zona.
