La ordenanza de peatones y bicicletas ya ha entrado en vigor, pero ahora resta su desarrollo reglamentario. El Ayuntamiento ya ha fijado uno de los primeros pasos: las restricciones a la circulación de bicicletas por calles comerciales del Centro como Sierpes o Tetuán se aplicarán antes de Navidad.
Pese a que hay una nueva normativa, que recoge un listado de infracciones relacionadas con ciclistas, peatones y circulación, la Policía no ha tomado de momento medidas especiales de control, y aún sigue descartada la posibilidad de crear un grupo específico encargado de controlar los carriles. El Ayuntamiento pretende hacer una aplicación "flexible" de la ordenanza. Sin aplicar multas, salvo en los casos "más graves", según explicó ayer el delegado de Movilidad, Francisco Fernández.
A corto plazo, la ordenanza permitirá la ejecución de una serie de medidas restrictivas relacionadas con el uso de los carriles bici y la convivencia entre peatones y ciclistas. La primera de ellas afectará al eje comercial y peatonal del Centro histórico. El Plan Director de la Bicicleta y la propia normativa municipal que ha entrado en vigor esta semana conceden al Ayuntamiento la potestad de prohibir la circulación de bicicletas por zonas que soporten un elevado tránsito de personas en horario laboral. La Delegación de Movilidad pretende desarrollar este punto antes de las próximas fiestas navideñas. "Si alguien infringe de forma reiterada esta norma, entonces será sancionado".
"No tenemos previsto sanciones en exceso. No es una ordenanza con una finalidad recaudatoria. Se trata de establecer unos criterios de uso y una regulación específica", apuntó Francisco Fernández, quien puso un ejemplo: aunque la ordenanza prevé establecer sanciones de hasta 70 euros a los peatones que invadan el carril bici y obstaculicen la circulación, "la Policía no se dedicará a controlar las vías y a multarr a aquel ciudadano que pise la línea". "Hay que actuar con sentido común", indicó el edil.
La segunda parte de la ordenanza que ha entrado en vigor esta semana afecta a las restricciones al acceso de vehículos al Centro de la ciudad. El Ayuntamiento tenía previsto que una vez que se activase la nueva normativa los coches particulares no podrían acceder al Casco histórico salvo cuando cuenten con una autorización. Pero las presiones vecinales y de los comerciantes, forzaron al alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, a flexibilizar su modelo.
De esta forma, se permitirá la utilización de los aparcamientos rotatorios del núcleo urbano -pese a que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) plantea la transformación de estas instalaciones en espacio de uso exclusivo para residentes- y se reducirán al horario comercial las restricciones de tráfico. Aunque la ordenanza ya ha entrado en vigor, el Ayuntamiento ha diseñado un periodo de adaptación de un año, hasta el próximo verano.
