A falta de grandes mansiones deshabitadas, de viejos cementerios en desuso, de castillos sin luz eléctrica plagados de telarañas y de antiguos hospicios de niños desparecidos donde reunirse a invocar a las brujas y pasar una vigilia terroríficamente divertida, Isla Mágica se ha convertido en la última década en el indiscutible espacio de referencia para que los sevillanos le den la bienvenida a la noche de Halloween. En torno a 12.000 personas, según datos del parque temático sevillano, cruzaron ayer los tornos del mal para adentrarse en un auténtico laberinto del terror en el que las criaturas del inframundo disfrutaron a sus anchas.
Desde el malvado Freddy Krueger hasta el entrañable Frankenstein, pasando por el Ghostface de Scream o la novia cadáver de Tim Burton, los personajes más tenebrosos del mejor cine de terror de todos los tiempos asaltaron ayer esta concurrida isla que hoy abrirá sus puertas por última vez antes de la temporada de Navidad.
Rodeados de una atmósfera escalofriante -los priostes de Isla Mágica se lo han currado de lo lindo-, niños y mayores disfrutaron de las diversas actividades, animaciones y espectáculos que Isla Mágica ha organizado para este puente de Halloween. Ayer había hasta colas de una hora para maquillarse de forma gratuita frente al Corral de Comedias. "¿Que cuál es la caracterización que más pide la gente? Heridas y mucha sangre", responde Eva, una de los tres maquilladores que no ha parado en los tres últimos días de empolvar y pintar "brujas, monstruos, y vampiros". Aunque lo más raro que le han pedido poco tiene que ver con personajes de miedo: ¿Quién vive en la piña debajo del mar?...
Disfraces. Aunque para miedo el que daba un visitante disfrazado de "la penumbra" -no confundir con el Penumbra, ese frikie televisivo que afirmaba haber nacido de una extraterrestre de tres tetas-. Con un rostro cadavérico, una melena canosa, un traje deshilachado y unos huesudos pies desnudos como zapatones, la penumbra iba sembrando el pánico entre los más pequeños como si formara parte de una animación más de calle.
Los que de verdad quieren pasar miedo encaminan sus pasos hacia el Templo del Terror, un laberinto tenebroso donde zombies salidos de tumbas, la niña del exorcista o el descuartizador de la motosierra de la matanza de Texas asaltan a los visitantes cuando menos se lo esperan. Un cartel advierte: "Una vez cortado el ticket no se devolverá el importe de la entrada", y es que no son pocos los que después de pasar por taquilla (es una atracción de pago) se arrepienten de adentrarse en el laberinto.
Pensando en el público más joven, el Fuerte se convirtió anoche en una Disco Terror, con mucha música a cargo de un DJ de miedo. Y para que estas criaturas del inframundo pudieran mojar el gaznate, las pócimas y brebajes que se ofrecían estaban ayer en oferta: a 2,50 euros el medio litro de sangría, eso sí, "elaborada con sangre fría y frutas del huerto de nuestro cementerio".
Los más pequeños también disfrutaron ayer de esta fiesta del miedo con un pasaje del terror infantil con misteriosos personajes. Aunque para misteriosos, algunos de los disfraces que ayer se vieron por el parque. Entre ellas triunfó la caracterización de bruja, y entre ellos, de todo un poco: desde el guardián de las tinieblas hasta la calavera andante pasando por el socorrido disfraz de conde Drácula.
Después de recibir más de 30.000 visitas en este puente, hoy Isla Mágica pondrá fin a su temporada de otoño con un gran pasacalles, El entierro del Capitán Cuervo, en el que participarán más de 20 piratas venidos del más allá que animarán con música, una coreografía monstruosa y caballos las calles del parque.