El Tribunal Supremo (TS) dejó ayer a Bildu y ETA fuera de las elecciones del próximo 22 de mayo. La Sala del 61 estimó que la coalición soberanista -formada por EA, Alternatiba e independientes- está dirigida por la banda terrorista y la ilegalizada izquierda abertzale -Batasuna-. De confirmarse el fallo del TS, sería la primera vez en la historia de la democracia que ETA no cuenta con representantes en las instituciones -ayuntamientos, diputaciones y parlamento-.
El alto tribunal acordó por nueve votos frente a seis anular las 254 candidaturas que Bildu presentó para los comicios municipales y autonómicos. Uno de los magistrados votó a favor de que algunas listas pasaran y otras no y esta opción parcial será la que se aplique a las 19 agrupaciones de electores, pues el tribunal pactó estimar parcialmente las impugnaciones presentadas contra ellas por la Fiscalía y la Abogacía del Estado.
Fuentes del TS anunciaron a las once de la noche, una hora antes de que terminara el plazo máximo que la Sala tenía para resolver, que los recursos contencioso-administrativos presentados contra Bildu fueron estimados con el voto a favor de nueve de los magistrados, lo que obligará a cambiar al ponente de la sentencia, ya que el inicial, Rafael Gimeno-Bayón, votó a favor de permitir a la coalición concurrir a los comicios de mayo.
El nuevo ponente será Francisco Javier de Mendoza, y los seis magistrados que votaron en contra de la mayoría suscribirán un voto particular defendiendo que todas las listas de Bildu deberían haber pasado. El magistrado José Manuel Sieira suscribirá su propio voto señalando que algunas de las listas deberían haber pasado el filtro.
Tras doce horas de deliberación casi continuada, ya que los magistrados apenas interrumpieron unos minutos la sesión para tomar un refrigerio que les subieron a la propia Sala, el tribunal estimó en su totalidad recursos contencioso-electorales en los que la Fiscalía y la Abogacía del Estado solicitaron la anulación de las 254 listas que consideran que constituyen un fraude por ser en realidad un instrumento para permitir la entrada a las instituciones de la ilegalizada Batasuna.
La Sala del 61 ya decidió el pasado 24 de marzo la no inscripción del Sortu -el plan original de ETA y la izquierda abertzale- en el Registro de Partidos Políticos en medio de una fuerte división: nueve magistrados se mostraron a favor de la prohibición frente a los siete que suscribieron un voto particular.
Según las tesis de la Abogacía y de la Fiscalía , Bildu no sería más que un vehículo instrumentalizado por la izquierda abertzale ilegalizada para tratar de mantenerse en las instituciones democráticas. Sería el plan B de Batasuna tras la resolución que prohibió la inscripción de Sortu. En concreto, el Gobierno defendía en el recurso presentado el pasado martes que la alianza para la creación de Bildu fue un imperativo de ETA y que dirigentes de Batasuna "de primer nivel" pilotaron la configuración de las listas electorales, llegando incluso a presionar a candidatos no contaminados -relacionados con la banda o Batasuna- para presentarse a los comicios. Mientras tanto, la demanda registrada el jueves por la Fiscalía mantenía que los pasos dados para crear Bildu son "fruto de una estrategia paralelamente diseñada por ETA y Batasuna" para concurrir a los comicios y sortear la ilegalización de sus marcas.
SIN VIOLENCIA. Frente a esta tesis, Bildu niega en sus alegaciones que pretenda convertirse en el "complemento y apoyo político a la acción violenta de ETA" y asegura que es "un hecho notorio" que las trayectorias políticas de EA y de Alternatiba muestran "un inequívoco rechazo de la violencia y el terrorismo" así como que los candidatos han suscrito un código ético "que incluye el rechazo de la violencia".
El PP fue el primer partido en mostrar su satisfacción por el fallo. Los populares celebraron la decisión del TS por tratarse del "triunfo de la libertad y la democracia frente a quienes pretenden destruirla con la violencia y el terrorismo" y aprovecharon para reivindicar la unidad frente a ETA de los dos principales partidos políticos. Al cierre de esta edición, el Gobierno aún no se había pronunciado.