La ayuda humanitaria de la ONU para paliar los efectos del paso del ciclón Nargis comienza a llegar a Birmania como un lento goteo, pero la situación empeora con el paso de los días.
Según la última estimación de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA), entre 1,2 y 1,9 millones de personas han sido afectadas y necesitan ayuda urgente. Si no llega, la falta de agua potable y las enfermedades que transmiten los cadáveres en putrefacción podrían llevar a la catástrofe también a los supervivientes del ciclón. "Tememos que hay un riesgo real de que una catástrofe masiva tenga lugar en Birmania. Será como una tormenta perfecta, si me permiten la expresión", dijo la jefa de Oxfam Internacional en el Sudeste Asiático, Sarah Ireland.
El número de muertos oscila entre 63.000 y 100.000, según distintas fuentes, y al menos 220.000 personas han desaparecido. Los aviones con ayuda comienzan a llegar con relativa frecuencia. Un avión de la OCHA partió finalmente de Brindisi, en Italia, y está previsto que aterrice en Rangún.
Un avión a cargo de la Cruz Roja llegó ayer a la capital con 35 toneladas de material de ayuda. La ONU repartirá 160 toneladas en los próximos días.