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Blanco: "Preguntad a Susana por mi futuro"

El número dos da a entender que la socialista andaluza apunta alto en Ferraz.

el 05 jul 2011 / 21:41 h.

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Blanco conversa animadamente con Susana Díaz y el director de El Correo de Andalucía, Diego Suárez.

José Blanco vino a Sevilla a hablar de infraestructuras. De carreteras, de trenes y de aeropuertos. Pero le preguntaron también por personas. Y a algunas las nombró sin que tuvieran que interrogarle sobre ellas. Se tomó su tiempo para hablar de los que están en boca de todo el mundo -Rubalcaba, Rajoy y Zapatero-, de los más veteranos -la indirecta a Felipe González en la tierra que le vio nacer fue más bien una directa al mentón- y de los que llegan para quedarse, como Susana Díaz.

La secretaria de Organización del PSOE andaluz fue una de las protagonistas en el NH Central Convenciones por las continuas alusiones que hizo de ella su jefe en Madrid y, sobre todo, por una mención final que dejó a más de uno preguntándose qué había querido decir Blanco en su respuesta más gallega. Después de una extensísima batería de preguntas, el director de El Correo y presentador del acto, Diego Suárez, concluía el turno de intervenciones interrogando al número dos de Zapatero en Ferraz por su futuro. Su respuesta tuvo más sustancia de la esperada por las múltiples lecturas que despierta: "Mi futuro lo decidirá Susana...", una frase que generó tanto interrogante en sus entrañas que el mismo Blanco apostillaba unos segundos después que "se creerán que es una broma, pero no lo es".

No es ni la primera ni será la última vez que Blanco dedica sus loas a Susana Díaz, con la que abandonó abrazado el auditorio del NH Convenciones. Pero, con el permiso de la secretaria de Organización del PSOE andaluz, el discurso de Blanco dejó otros tres nombres sobre la mesa. Más allá de la mención a Felipe González, que ya está siendo objeto de intensos debates en los mentideros socialistas, sobresalió la figura de su candidato Alfredo Pérez Rubalcaba, que se llevó todos los parabienes y, tras él, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y, el rival político de ambos, Mariano Rajoy.

El ministro no dejó pasar ni una para dar un espaldarazo a su todavía compañero en el Ejecutivo y para establecer todo tipo de comparaciones y algunas más entre el diputado cántabro y quien lleva ocho años de líder de la oposición después de haber estado otros ocho en el Gobierno.

Prácticamente no hubo pregunta al respecto que no fuera seguida de una alabanza para Alfredo Pérez Rubalcaba y una puya muy poco taurina contra Mariano Rajoy, que, a su juicio, "parece que no ha matado una mosca en su vida", cuando ha permanecido ocho años en el gobierno -en su caso en el de Aznar-, los mismos que lleva Rubalcaba. Con ese pretexto, estableció un paralelismo entre el paso de ambos por los ministerios de Educación, de Presidencia y del Interior. "Mientras que con Rajoy bajó el número de becas, subieron los índices de criminalidad y se vertieron al mar toneladas de chapapote con el Prestige, con Rubalcaba se incrementaron las becas, se potenció más la educación pública frente a la privada y se incrementaron las plantillas de agentes de policías". Y la pieza más importante en esta materia: "Y no olviden que si estamos más cerca de la paz en el País Vasco es gracias a Zapatero y, sobre todo, a Alfredo Pérez Rubalcaba".

En su intento por ser el escudo protector de Rubalcaba, criticó el cambio de estrategia del PP, centrado más en atizar ahora al candidato y pedirle la dimisión "por todo, hasta por la operación contra la SGAE, cuando lo único que ha podido hacer como ministro del Interior es conocer lo que iba a hacer la Guardia Civil". Y, detrás de eso, sólo percibió la preocupación del PP, con Rubalcaba, al que "gana en todo" a su rival. "Rajoy tendrá que sudar la camiseta, ya que no gana ni con el viento a favor", advirtió Blanco, que se deshace de los sondeos de un plumazo, en una confianza ciega en el tirón del elegido.

Pero tanta mención a Rubalcaba no oculta su devoción ya histórica hacia José Luis Rodríguez Zapatero, con el que ha estado de la mano desde los inicios. Por eso, las loas no faltaron y, en vez de Joaquín Sabina, que lo definió como "el Gorbachov de España", éste prefirió por señalarlo como "el presidente que salvó el euro y fue capaz de ampliar los derechos sociales y modernizar el país en poco tiempo".

Pero Blanco, que en su día fue el azote del PSOE, no dejó atrás su figura guerrera. Atizó fuerte a los bancos, a los que culpó de gran parte de la crisis al conceder hipotecas al alimón, y hasta hizo autocrítica... pero con trampa. "El PP incubó una burbuja inmobiliaria que, cuando llegamos al poder, no supimos parar".

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