Local

Bodeguita centenaria

Bodega La Aurora (Alfalfa). Una de las escasas bodeguitas antiguas cumple 100 años, la mayoría regentado por la misma familia.

el 18 may 2013 / 09:00 h.

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Por Javier Compás   Agustín Sánchez sirve una copa de mistela tras el mostrador de madera del local. Agustín Sánchez sirve una copa de mistela tras el mostrador de madera del local.   Fue Francisco Portales quien abrió el negocio en 1913, en el que trabajaba desde 1921 el padre de los actuales propietarios, Luis Sánchez Gutiérrez, con sus tíos y primos, todos originarios de la montaña santanderina. Luis Sánchez se hizo cargo del bar en 1945 y sus hijos lo regentan desde 1972, cinco hermanos que siguen empeñados en mantener este trozo vivo de la historia de la hostelería sevillana. Con uno de ellos, Agustín, charlamos de los viejos tiempos. Fue este bar, por ejemplo, lugar de encuentro de futbolistas vascos y cántabros que recalaban en los equipos sevillanos, también hubo siempre ambiente taurino y cofrade y, por supuesto, gente del barrio, la Alfalfa, Santa Catalina, la Encarnación, centro de Sevilla. La decoración sigue siendo prácticamente la misma, el viejo mostrador de madera, las columnas pintadas y las botas desde donde todavía se sirven mistelas y olorosos del Condado de Huelva y manzanilla de Sanlúcar, y esa vieja bota con el nombre Mosquito, que hace referencia al brandy a granel que se servía de ella y cuya canilla se llenaba de mosquitos, que había que apartar al servir una copa, que buscaban el dulzor del arrope del espirituoso. También pervive la vieja puerta de madera que comunica con la escalera de la vivienda superior, en ella, un pequeño portillo por donde las mujeres de la casa se asomaban para pedir aceite, vinagre o cualquier otra cosa que necesitaran, ya que entonces, las mujeres no entraban en los bares. Otro vestigio antiguo es el escaparate, que se tematiza según la época, Semana Santa, Feria, Rocío. Tanto vive esta familia el negocio que el hermano mayor de los actuales propietarios nació en un soberaillo que existe en la trastienda del bar. De antiguo vienen algunas de las tapas de más éxito del local, famoso es su chorizo al infierno, una carnosa pieza de la serranía malagueña que se flambea en cuenco de barro a la vista del cliente. Tradicional es también el montadito de pringá casera (2,50 euros), suculento bocado con “tos sus avíos” que se come sin sentir con una caña de Cruzcampo bien tirada. Como estamos en época no hay que dejar de comentar sus caracoles que, como dice la guasa de la pizarra, están a 2,00 euros, y les puedo garantizar que son sabrosos y de buen tamaño, con un poco de pique como es lo suyo, ya nos lo comenta Agustín que los caracoles hay que traerlos a su tiempo, no antes, y dejarlos cuando ya no vienen buenos, que para comer producto marroquí congelado mejor dejarlo. En la casa se hacen también las papas aliñas, los huevos rellenos y la ensaladilla (2,00 euros). Chacinas y jamones de primera, no en balde los propietarios son primos hermanos de la familia Ruiz de Casa Ruiz, que tienen cochinos y fábrica propia en Cumbres Mayores y varios famosos locales en Sevilla. Hay también conservas de calidad, como el taco de bonito y los mejillones en escabeche. Y más montaditos, todos a dos euros, de tortilla española, de jamón y queso, de Roquefort, de chorizo dulce y picante, de bacalao o salmón ahumado y hasta de pollo en salsa. Centenaria bodega típica sevillana que esperemos se mantenga muchos años más entre nosotros como testigo de esa Sevilla antigua que tantas buenas añoranzas nos evocan.  

La ficha

  • Propietarios: Hermanos Sánchez Ruiz.
  • Dirección: C/ Pérez Galdós esquina con C/ Boteros
  • Horario: A diario de 12.00 a 16.00 y de 20.00 a 24.00.
  • Precio caña: 1,20 euros
  • Mistela y Solera: 1,50 euros
  • Tapas: 2,00 – 2,50 euros
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