El fabricante aeronáutico estadounidense Boeing confía en entregar el primer 787, conocido como Dreamliner, en el tercer trimestre del año, según anunció ayer, decisión que supone retrasar de nuevo la fecha inicialmente prevista por el incidente de uno de sus seis prototipos, que le obligó a suspender temporalmente sus vuelos de prueba en noviembre y que reanudó un mes después.
En un comunicado, la compañía explicó que, tras revisar el calendario de entregas del programa, la nueva fecha contempla el tiempo necesario para producir, instalar y probar en los aviones de ensayos y en producción el software actualizado y los nuevos paneles de distribución de energía eléctrica, y culminar la certificación, afirmó el vicepresidente y director general del programa del 787, Scott Fancher.
El responsable del programa del 787, avión que compite con el nuevo A350 de Airbus, añadió que también se han previsto los márgenes necesarios para "acomodar cualquier tiempo adicional que fuera necesario para completar la certificación".
La compañía tenía previsto entregar su primer Dreamliner a la aerolínea japonesa All Nippon Airlines durante el primer semestre de 2011, después de un retraso de tres años respecto al calendario inicial.
Si todo va según lo previsto, éste será el octavo aplazamiento desde el lanzamiento del programa, aunque sin consecuencias "graves" en el plan de entregas.
Boeing tiene 26 Dreamliner en línea en su planta de Everett para All Nippon, Air India y Japan Airlines, a la espera de la instalación del nuevo motor. Además, una segunda línea de montaje del 787 debe comenzar en el verano de 2011 en Charleston.
El constructor, que presentará sus resultados el próximo día 26, no prevé que este nuevo aplazamiento tenga "un impacto material" en las cuentas del ejercicio 2010. De hecho, señaló que la previsión financiera y de las entregas del 787 serán discutidas durante la conferencia anual.
