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Bombones, chisteras y puntos suspensivos

Padres, madres, abuelos, abuelas y tíos con actitud jovial: es todo mentira. Niños y niñas, lectores con alma adolescente, Peter Pan si estás ahí: fiarse del papel de regalo y la ausencia del árbol de plástico...

el 15 sep 2009 / 01:15 h.

Padres, madres, abuelos, abuelas y tíos con actitud jovial: es todo mentira. Niños y niñas, lectores con alma adolescente, Peter Pan si estás ahí: fiarse del papel de regalo y la ausencia del árbol de plástico es ceder ante la manipulación de los mayores. La visita de los Reyes Magos -o Santa Claus: al gusto del consumidor- se ha retrasado unos meses. Ni finales de diciembre, ni primeros días de enero: febrero casi marzo, si nos atenemos a la realidad. De nada sirven, como excusa, los calcetines aún sin rotos por el uso, el cofre de grandes filmes exhibiendo su precinto. Lo que importa es que el regalo celestial, escuchando -por fin- nuestras súplicas, llegó a las tiendas el veintitantos de febrero.

Diska, el segundo elepé de Bombones, amplía los aciertos -¡qué estribillos!- de su homónimo álbum debut, y extrae de la chistera golpes de efecto con más firmeza que sorpresa: el más llamativo, el cambio de idioma en las letras, regresando al castellano sin sonrojarse, con nivel. Por ejemplo, "El acento invisible" -y sus imágenes, escuchen: los puntos suspensivos, la insolación- planta cara sin perder la compostura a muchos poemas encuadernados con aplausos.

Permitan que abandone el disfraz de columnista, y me revele como la fan que soy. Diska se presentó el viernes pasado en Madrid, en una Sala Sol repleta, y en un concierto que, igual que el disco -producido por Paco Loco-, se hizo esperar. Mereció la pena: las nuevas canciones suenan, en todos los sentidos, aún mejor que las de su antecesor. No mantengan el secreto: Bombones son uno de los mejores grupos del mejor pop español, ése que -por desgracia- se mantiene alejado de las listas de éxitos que, lógica obliga, debieran pertenecerles. Canciones como "Las flores del mal" o "Arsénico por compasión", y un directo contundente e inmaculado, divertidísimo, me dan la razón. No tardarán, imagino, en presentarlo en Sevilla; yo prepararé la maleta, me instalaré en la primera fila, y disfrutaré como una niña -ahora sí- en pleno cinco de enero.

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