Lo consiguió. José Bono es ya el presidente del Congreso. Pese a que logró los apoyos necesarios para ser elegido, no encontró en el hemiciclo todo el respaldo que habría deseado y se ha convertido en el primer presidente de la Cámara que espera a la segunda vuelta para ser investido por mayoría simple.
El rechazo de los nacionalistas a la elección de Bono como presidente del Congreso fue el responsable de que el socialista no lograra la mayoría absoluta necesaria para ser elegido en la primera vuelta (obtuvo 168 votos, uno menos de los diputados que integran el Grupo Socialista). Sí lo consiguió en la segunda votación, en la que Coalición Canaria e IU dijeron haberle apoyado.
Así, el mandato que prometía ser el del consenso comenzó precisamente siendo todo lo contrario. Pese a todo, el flamante presidente e la Cámara Baja, ya investido como tercera autoridad del Estado, se comprometió ayer a atender a todos por igual, especialmente a las minorías. "En ser justo es en lo que compromete el honor que hoy me otorgan", subrayó Bono en un discurso con el que dio por constituida la Cámara Baja y en el que aseguró que la diversidad es un hecho, "pero la igualdad es el derecho principal".
El nuevo presidente de la Cámara pidió la "indulgencia" del resto de diputados por los errores que pueda cometer en sus inicios y advirtió de la necesidad de que los parlamentarios cumplan con rigor su deber.
"De todos". Precisamente el primer deber del presidente, reflexionó, empieza por "serlo de todos, cualquiera que haya sido la confianza otorgada" y atender "con solicitud a todos por igual, especialmente a las minorías". "Nadie es más que nadie" en el Congreso, donde cada uno "tiene el mismo valor que su vecino o adversario", insistió Bono, quien juzgó que el carné de un partido no añade nada a quien lo tiene, sino que es "la conducta personal la que honra o deshonra el carné que posee".
Agradecido por la confianza que han depositado en él quienes le han respaldado, Bono se propuso ganarse la confianza de quienes no han puesto su nombre en la papeleta de la votación. Y aunque no atrevió a pedir a los diputados que mantengan una conducta ejemplar, sí les animó a tomar ejemplo de la sociedad española, que tiene "múltiples identidades", que es permisiva, solidaria y generosa, dijo. "Imitemos a la sociedad a la que representamos, tratemos de igualarla en lo que tiene de tolerante, respetuosa y educada", emplazó a los parlamentarios, antes de hacer hincapié en que el tumulto "nunca conduce al progreso", porque la "palabra es el mejor camino para progresar".
La socialista Teresa Cunillera es la vicepresidenta primera de la Mesa del Congreso, donde estará acompañada por Ana Pastor y Jorge Fernández Díaz, del PP, y por Jordi Jané, de CiU. Ninguno de los cuatro vicepresidentes de la novena legislatura había formado parte de la Mesa anteriormente. El diputado del PNV José Ramón Beloki fue elegido secretario segundo de la Mesa, donde los nacionalistas vascos no tenían representación antes.
En cuanto al resto de la Mesa, los diputados nombraron al parlamentario socialista Javier Barrero secretario primero, en tanto que Ignacio Gil Lázaro, del PP, fue nombrado secretario tercero, y su compañera de grupo Celia Villalobos, secretaria cuarta.
En la zarzuela. El Rey recibió por la tarde en La Zarzuela a José Bono, quien le comunicó la constitución de la Cámara Baja para la IX Legislatura. El ex ministro de Defensa, octavo presidente del Congreso, llegó al Palacio de la Zarzuela pasadas las 16.00 horas.
Ahora, tal y como establece la Constitución española, el monarca realizará una ronda de consultas con todas las formaciones parlamentarias con el fin de proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno que deberá votar la Cámara Baja.
