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Bono homenajea a Suárez por su "entereza y aplomo" durante el golpe de Estado

el 23 feb 2011 / 19:42 h.

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El presidente del Congreso, José Bono, ha querido hacer justicia con el ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y ha rememorado las críticas "inmisericordes, absolutamente horribles" que recibió antes del 23-F de sus adversarios, entre los que se ha incluido, de la prensa y de sus amigos.

Sus palabras, en el marco del discurso con el que ha recordado en el hemiciclo el intento de golpe de Estado de hace treinta años, han levantado murmullos en el hemiciclo y han sido interrumpidas por una cerrada ovación, a la que se han sumado diputados y ex parlamentarios de todos los grupos políticos.

Bono, quien ha advertido que había medido sus palabras mientras preparaba el texto, ha definido la figura de Adolfo Suárez, "tan criticada", como "la principal" de aquella época.

Ha sonado entonces la primera ovación desde los escaños, una reacción que, en opinión del presidente del Congreso, le habría encantado a Suárez: "Ojalá se le pudiera hacer llegar el cerrado aplauso de los militares, del jefe del Estado mayor de la Defensa", ha dicho mirando hacia la tribuna de invitados, donde se sentaban hoy los uniformados.

En opinión de Bono, "la entereza y el aplomo" de Suárez en las horas decisivas del 23-F le otorgaron para siempre el respeto de todos los españoles.

"Pocas personas han llegado a conectar en la historia de España con tanta adhesión social como la que tiene Adolfo Suárez; y pocas personas podrán exhibir el cambio que se ha producido desde esta situación actual a aquellas críticas inmisericordes, absolutamente horribles que recibió de nosotros, sus adversarios, de la prensa, y de ustedes, sus amigos", ha dicho mirando hacia la bancada donde en 1981 se sentaba la UCD y hoy el PP.

Bono ha considerado que era de justicia rendir este homenaje al expresidente y poner en valor a una persona que "no puede defenderse, que no puede hablar. Hoy, ha dicho, Suarez merecía "el mejor de los aplausos de la tarde". Y lo ha recibido.

Su relación de agradecimientos, seguida de los correspondientes aplausos de los presentes, ha abarcado la práctica totalidad del espectro político de 1981, pero también a los periodistas que, de una forma u otra, contribuyeron a que se conocieran los hechos.

Así, ha citado a Leopoldo Calvo Sotelo, al ex vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado, a Santiago Carrillo, a quien ejerció las funciones de jefe del Ejecutivo y contribuyó a evitar el golpe de Estado, Francisco Laína, y de manera muy especial, al Rey.

De don Juan Carlos ha dicho que aquella noche "creció ante su pueblo" porque aunque tenía la legitimidad jurídica y dinástica la "legitimidad social" y la "aceptación generalizada y afectuosa de los españoles", la ganó esa noche "al ponerse no de parte de los sublevados sino de parte de su pueblo".

Además, ha reiterado que el Rey hizo por la democracia y por la monarquía "más que todos sus antepasados juntos", un reconocimiento que ha generado aplausos de todos los presentes.

En su relación de agradecimientos a los políticos, se ha detenido especialmente en el socialista José María Benegas, del que ha asegurado que se le debe "más" de lo reconocido hasta ahora, por su papel decisivo, junto al que fue director de la Seguridad del Estado, Francisco Laína, para evitar que se llevara a cabo el plan de asaltar el Congreso con tanques y agentes del GEO.

Aquella operación, que se sopesó durante la madrugada del día 24, habría ocasionado al menos 80 muertos, y según Bono la "insistencia" de Benegas contribuyó a que finalmente no se llevara a cabo.

Varias veces ha mencionado el presidente a los mandos militares actuales, que han seguido el acto desde la tribuna de autoridades, y ha valorado el hecho "elocuente" de que estuvieran presentes.

Los taquígrafos, los nueve ujieres que prefirieron seguir encerrados en el Palacio de las Cortes en vez de volver a sus casas, los letrados, todos los diputados, han sido objeto también del reconocimiento de los asistentes, a instancias de José Bono.

Y la prensa; "Los diputados aquella noche lo pasamos mal pero no nos sentimos solos, nos acompañó la radio", ha confesado al recordar cómo el transistor de Fernando Abril Martorell les mantuvo informados sobre lo que pasaba fuera del Congreso.

Así que ha invitado a todos a dar las gracias con sus aplausos a redactores, periodistas radiofónicos y de televisión, a los fotógrafos, a los periódicos que, ha remarcado, "impidieron con su verdad que se pudiera mistificar o falsear lo que ocurrió aquí".

Han agradecido personalmente el gesto algunos de aquellos protagonistas, también sentados en la tribuna de prensa, como el veterano periodista José María García.

José Bono ha dejado claro que el acto convocado en el hemiciclo no pretendía "conmemorar nada" sino evocar un hecho que supuso una "inflexión" en la historia de España porque acabó con el "ruido de sables" y "sirvió de vacuna para nuevas felonías y de abono para cosechar tres décadas de libertad para los españoles".

Tras el discurso de Bono, que fue precedido de otro de Landelino Lavilla, los invitados se hicieron una "foto de familia" en la escalinata principal del Congreso; después, muchos de ellos compartieron recuerdos tomando café en los salones de la Cámara.

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