José Antonio Bosch, junto a Miguel Guillén el pasado miércoles.
El hombre fuerte del actual Betis, José Antonio Bosch, abrió ayer un inesperado debate al asegurar que ahora mismo piensa más en dejar sus cargos en el club verdiblanco que en continuar en el timón de la nave. Lo hace en una entrevista en elmundo.es, donde afirma: "Me gustaría estar al frente del Betis muy poco tiempo más. De hecho, creo que este sería un momento ideal para retirarme. Acogería con auténtica satisfacción un relevo".Aunque las decisiones en el club de La Palmera se toman de manera democrática en el consejo de administración, Bosch no puede soslayar su condición de administrador judicial de las acciones de Farusa, que a día de hoy siguen representando la mayoría del capital social de la sociedad anónima deportiva llamada Real Betis Balompié. De ahí la relevancia de esa confesión, realizada en la tesitura más bonancible que ha conocido la entidad de las trece barras en los últimos años, con el equipo en Primera División, el convenio de acreedores recién aprobado y la deuda rebajada a casi la mitad. Y buena parte del mérito es atribuible a la gestión de este abogado que entró en Heliópolis de rebote, como sustituto de Juan Manuel Gómez Porrúa, hace un año y medio.
Bosch, que tiene 58 años, fue elegido por la jueza Mercedes Alaya para ocupar el hueco de Porrúa, fallecido el 1 de noviembre de 2010. Dos semanas después del óbito se conoció el nombramiento y el abogado madrileño completó el trío de administradores judiciales junto a Rafael Gordillo y Luis Ruiz de Huidobro. Entonces abogó por evitar la Ley Concursal, pero esa opción acabó siendo irrechazable y Bosch ha sido uno de los pilotos fundamentales del proceso. Ahora bien, si quisiera irse de verdad, sólo tendría que pedírselo expresamente a la jueza Alaya.
