El presidente del grupo financiero Santander, Emilio Botín, sacó ayer pecho y anunció "magníficos" beneficios para la entidad, pese a la crisis económica, al tiempo que negó que haya cerrado el crédito a pymes y familias. La otra cara de la moneda la aportó la banca europea. ING pierde 1.000 millones y despedirá a 7.000 personas.
Habrá que esperar al 5 de febrero, día en el que el Banco Santander anunciará los resultados obtenidos en el ejercicio 2008, pero su presidente, Emilio Botín, ya adelantó ayer que serán "magníficos, de los mejores de la banca mundial", aunque sin precisar la cifra, que algunos analistas creen que no alcanzará los 10.000 millones de euros previstos.
El anuncio, que contrasta con la actual dificultad por la que atraviesan hogares y pymes, lo realizó durante su intervención en la junta extraordinaria de accionistas que aprobó la ampliación de capital para cerrar la compra del banco estadounidense Sovereign con el 96,93% de los votos, una operación que se materializará este mes si mañana la aprueban los accionistas de la norteamericana.
El presidente del Santander añadió, en respuesta a un accionista sobre los efectos de la crisis, que tanto él como el Consejo de Administración son "muy optimistas" respecto a los resultados de los próximos años, porque aunque "los momentos son difíciles, las fortalezas del grupo son muy grandes". Además, negó que el Santander tenga cerrado el "grifo del crédito", como aseguró una accionista, que le reprochó su falta de apoyo a las familias y a las pequeñas y medianas empresas. "Eso que se dice por ahí no le afecta al banco", afirmó Botín, quien subrayó que el banco está deseando dar crédito, pero a "empresas solventes".
El presidente del Santander confirmó que una vez que se complete la operación se saneará el balance del Sovereign, para lo que, "con carácter inmediato", se hará una provisión de 2.000 millones de dólares. Después de insistir en que su integración tiene un riesgo muy bajo, agregó que ese banco tendrá en 2011 un beneficio de 750 millones de dólares, cuando concluya el plan de saneamiento.
Subrayó que en un momento en que la crisis financiera ha afectado "tan negativamente a tantos bancos del mundo", el Santander "ha sabido aprovechar una vez más una oportunidad muy interesante, en condiciones muy atractivas".
Sobre el caso Madoff, Botín anunció que el banco está estudiando "todos los aspectos relacionados" con el mismo y "valorando el posible ejercicio de acciones legales".
ING, la otra cara. Frente a los resultados del Santander, el grupo bancario y de seguros holandés ING anunció ayer que cerrará 2008 con una pérdida neta de unos 1.000 millones de euros y que suprimirá 7.000 empleos en todo el mundo, aunque el recorte no afectará a sus filiales españolas que, no obstante, tendrán que reducir costes.
El grupo espera que esta reducción le reporte un ahorro de 1.000 millones este año y un descenso estructural de costes de unos 1.100 millones a partir de 2010.
Además, ING reducirá costes de oficina, mercadotecnia, el programa de patrocinio en la Fórmula 1 y renegociará ciertos contratos en el sector informático. Asimismo, anunció la dimisión de su actual consejero delegado, Michiel Tilmant. Junto a ello, recibirá un nuevo apoyo del Estado holandés, el cual avala el 80% de sus hipotecas problemáticas en EEUU, paso que supone la "lógica continuación" de la inyección de capital de 10.000 millones que recibió el año pasado del Gobierno.