-La crisis ha pasado de refilón por Brasil ¿A qué cree que se ha debido?
-Es fruto de un trabajo serio, partió con el cambio de moneda, que frenó la inflación y permitió tener una estructura financiera sólida. Además, tenemos un mercado interno muy activo.
-A pesar de estos buenos datos, Brasil es un país con mucha pobreza ...-Desde hace siete años, con el Gobierno del presidente Lula, se inició un proceso de inclusión social, con el que se ha logrado que 13 millones de brasileños pobres -el país tiene unos 190 millones de habitantes- hayan pasado a formar parte de la clase media.
-¿Qué medidas se han puesto en marcha para ello?
-En los primeros años del Gobierno de Lula se inició el Plan de Aceleración del Crecimiento, con el que se han identificado dónde están los problemas de infraestructuras y, al mismo tiempo, se han puesto en marcha medidas para atajarlos. Es un gran proyecto de inversiones en puertos, carreteras, viviendas, energía, es decir, en todas las infraestructuras. La primera inversión ha sido para llevar la energía desde donde se genera a todo el país.
-¿Cuál es la posición de Brasil en Suramérica?
-Brasil es la primera o la segunda potencia de la zona y lo que quiere es practicar la solidaridad con los países del entorno para ayudarles en su desarrollo, pero sin imponer, sin pretender conquistar, ni controlar.
-¿Esta actitud se debe a que ustedes se han sentido presionados por el exterior?
-No, hoy las relaciones internacionales han cambiado mucho. Estamos en un buen momento, las presiones son más o menos normales, porque cada uno tiene sus intereses, esto es parte del juego, pero tú lo aceptas o no.
-¿Qué opinión le merecen los gobiernos populistas de Iberoamérica?
-En América Latina, a excepción de Honduras, hay democracias. El juego democrático puede no agradar a alguien, pero es el mejor sistema porque lo elige el pueblo.
-Hablando de Honduras ¿Cómo está la situación en ese país y en su embajada que aloja al presidente derrocado, Manuel Zelaya?
-Es una situación única que una embajada tenga como huésped al presidente de un país que quiere estar en su país, normalmente las embajadas tienen a personas que quieren salir, y creo que sólo con el diálogo se podrá arreglar esta crisis política. Además hay un clamor mundial contra el Gobierno de facto de Roberto Micheletti, porque es una situación inaceptable.
-¿Cómo son las relaciones entre España y Brasil?
-Maravillosas. Es un momento muy bueno. Brasil es el primer inversor en España entre los países en desarrollo y España es el tercer país inversor en Brasil.
-¿Qué puntos hay en común entre los dos países?
-Tenemos una visión política del mundo muy similar, porque partimos de que el multilateralismo es bueno para todos.
¿Qué ha supuesto para Brasil que Río sea sede de los Juegos Olímpicos de 2016?
-Me recuerda a Barcelona. España se mostró al mundo como un país grande y dinámico, y Brasil ya que se puede presentar así, aunque tendrá un anticipo en 2014 con los Mundiales de Fútbol. Los Juegos Olímpicos también serán una oportunidad para las empresas españolas que podrán aportar su experiencia a Río.
-¿La seguridad no será un problema?
-La situación ha mejorado, porque la inseguridad tiene relación con el paro y Brasil es el único país en el que el empleo está creciendo.
-¿El Amazonas sigue muriéndose?
-Su deforestación se está frenando. Este año se ha reducido un 80% con respecto al anterior. Mi Gobierno está muy preocupado por preservar el medio ambiente.
Perfil. Pasión por la música y el cine
Lleva tan sólo seis meses viviendo en España, pero presume de conocer Barcelona y las ciudades que rodean a Madrid. Es un país que, según afirma, le gusta por su diversidad cultural, su urbanismo, arquitectura ... Pero no todo es bueno, en el lado negativo está el intenso tráfico de Madrid. De todos modos, admite que este problema es general en todas las grandes ciudades y para ello no duda en poner como ejemplo a su ciudad natal, Río de Janeiro. Además de hacer turismo de a pie, “que es como se conocen las ciudades”, le encanta escuchar música brasileña e ir al cine, una afición que ha dejado un poco apartada por la falta de tiempo.