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Brasileños, sinónimo de éxito con Monchi

Cicinho se hizo con la titularidad nada más llegar y es uno de los refuerzos que más agradan por el momento.

el 07 sep 2012 / 20:26 h.

Cicinho, la nueva apuesta brasileña.

A lo largo de su historia, el Sevilla ha visto pasar a jugadores de todas las nacionalidades. Argentinos (23), uruguayos (20) y brasileños (12) ocuparían, por este orden, el podio si elaborásemos una clasificación de los futbolistas según su procedencia. En los últimos años, y más concretamente desde que Monchi está al frente de la dirección deportiva, los brasileños han marcado diferencias. ¿Ocurrirá lo mismo con Cicinho? Por el momento, las sensaciones son muy buenas.

El exlateral del Palmeiras es el sexto jugador procedente de Brasil que llega al Sevilla con Monchi. Antes lo hicieron Daniel Alves, Julio Baptista, Renato Dirnei, Adriano Correia y Luis Fabiano. Todos ellos han dejado una profunda huella y formaron parte de un proyecto que, con el tiempo, reportó ni más ni menos que seis títulos, algo impensable.

Daniel Alves fue la primera apuesta brasileña de Monchi. Llegó en la temporada 2002/03. "La operación es magnífica, porque no podemos olvidar que hemos pagado por el jugador poco más de 140 millones de las antiguas pesetas, que es como decir que le hemos fichado por un precio más de cinco veces inferior al que actualmente tiene este futbolista en el mercado", dijo entonces el presidente del Sevilla tras cerrar el acuerdo con el esporte Clube, de Bahía. Daniel era un desconocido para el gran público e incluso para muchos clubes que carecían de la red de ojeadores que construyó el nervionense. Al principio, aquel flaco jugador que corría sin parar creó dudas, aunque él mismo se encargó de despejarlas. Daniel jugó seis temporadas en el Sevilla, se convirtió en un futbolista determinante y dejó más de 40 millones de euros en las arcas con su traspaso al Barcelona. Nunca una venta fue tan jugosa.

En el verano de aquel año 2003 llegaría otro brasileño: Julio Baptista. El centrocampista, de 21 años por aquel entonces e internacional sub 23, llevaba dos temporadas en el primer equipo del Sao Paulo. También había llegado a disputar un partido con la absoluta y todo el mundo hablaba de él en su país. La inversión fue de 3 millones.

Baptista llegó como mediocentro de corte defensivo, aunque Joaquín Caparrós comenzó a probarle en la delantera. Su rendimiento fue notable y La Bestia se hizo indiscutible en esa demarcación. Sus 38 goles en las dos temporada que estuvo en Nervión, antes de ser traspasado al Real Madrid por 20 millones más 4,5 por objetivos -otro gran negocio-, hablan por sí solos.

Y LO QUE ESTABA POR LLEGAR... El tercer fichaje brasileño de la era Monchi fue Renato. Esta vez no se trataba de un jugador tan joven como los anteriores. Tenía 25 años y llegó con procedente del Santos, donde jugaba de pivote y era capitán, además de internacional con su país. Su fichaje costó unos 5 millones y fue rentabilizado con creces. La profesionalidad, el buen hacer y el cariño que se ganó Renato le han convertido en un referente del Sevilla moderno.

También lo es Adriano Correia, un refuerzo invernal que debutó en 2005 y que permaneció en la entidad seis temporadas. Fue traspasado al Barcelona tras desembolsar éste más de 10 millones por sus servicios. El de Curitiba destacó siempre por su potencial físico y su juego explosivo, y convirtió las bandas del Sevilla en auténticos puñales.

En 2005 llegaría un delantero. Su nombre, Luis Fabiano, sin duda el jugador brasileño con más cartel de todos los que habían llegado al Sevilla durante la era Monchi. Todo lo que se diga de O Fabuloso a la hora de hablar de su aportación al Sevilla es poco. Seis títulos, 107 goles, 229 partidos... y una impronta inolvidable en la delantera con el mejor Frederic Kanouté a su lado.

Ahora aterriza Cicinho, un jugador desconocido para el gran público pero que, de momento, está gustando, y mucho. ¿Habrá acertado Monchi con este nuevo fichaje brasileño?.

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