El Reino Unido espera con expectación el segundo debate televisado entre los tres candidatos a primer ministro, en el que el laborista Gordon Brown y el conservador David Cameron intentarán recuperar hoy el protagonismo que les "robó" hace una semana el liberal demócrata Nick Clegg.
La campaña hacia las elecciones del 6 de mayo tiene un antes y un después del día 15, no sólo porque se celebró el primer debate televisado de la historia electoral del Reino Unido, sino porque Clegg consiguió en 90 minutos desbaratar la idea de que las elecciones se decidirán únicamente entre Brown y Cameron.
Clegg, que hasta antes del primer debate sólo era conocido por uno de cada tres votantes británicos, fue la imagen de la frescura y del auténtico cambio, frente a laboristas y conservadores, que se suceden ininterrumpidamente en el poder desde hace décadas.
De la noche al día, el "tercero en discordia" logró capitalizar la atención de los electores y de los medios. De ser una fuerza que aspiraba como mucho lograr el 20% de los votos, los liberal demócratas se encontraron con que las encuestas sobre intención de voto les situaban en el entorno del 30%, como segunda fuerza por detrás de los conservadores.
El sondeo más reciente, difundido ayer por el vespertino Evening Standard y elaborado por la empresa Ipsos Mori, sitúa a conservadores y liberal demócratas en cabeza, empatados con un 32% de los votos, con los laboristas en un 28%.
No obstante, la encuesta indicó que el respaldo a los liberal demócratas puede ser frágil, ya que un 56% de quienes dijeron que votarán por el partido de Nick Clegg aseguraron también que todavía podrían cambiar de opinión antes del 6 de mayo.
Quien ayer sufrió un altercado fue el líder del Partido Conservador. Un estudiante arrojó un huevo contra David Cameron, mientras éste hacía campaña en la ciudad de Saltash, en el condado de Cornualles (al suroeste de Inglaterra), según recogieron ayer los medios británicos.
