Cultura

Bruce Springsteen en Sevilla: El día del Jefe

Viene para presentar su último álbum, Working on a dream; pero todo hace presagiar que Bruce Springsteen se impondrá con la fuerza de sus clásicos. >>>Colas con un día y medio de antelación >>>A tener en cuenta

el 16 sep 2009 / 06:20 h.

(Vídeo: I.G.C.)

Vendrá para presentar su último álbum, Working on a dream; pero todo hace presagiar que Bruce Springsteen se impondrá con la fuerza de sus clásicos. Mitomanía a punto de revista y un antecedente, el concierto de presentación de la gira en España el pasado domingo en Bilbao, nos explican cómo serán las dotes de mando que gastará el Jefe esta noche en Sevilla.

Thunder road, Badlands, Factory... y solo dos piezas nuevas. Los mitómanos, o en su grado inmediatamente inferior, los nostálgicos, están de suerte. Bruce Springsteen pisará esta noche suelo sevillano por primera vez para explicar, con uno de los repertorios más totémicos del rock'n'roll, por qué le llaman el Jefe. Un cancionero asentado en la historia, una entrega sin límites en sus actuaciones (así viene siendo hasta ahora) y una E Street Band que sigue funcionando a la perfección, son las credenciales de un Springsteen que llega a Sevilla envuelto en la gira más larga de su vida, con dos años de periplo internacional a cuestas que aún no ven su fin. Es quizás por esto, para facilitar su entrega diaria y alimentarse del calor del público, que sus aportaciones del último disco, Working on a dream, están siendo minimizadas en el repertorio; una práctica, dicen los expertos, hasta ahora inédita en la trayectoria de Springsteen.

Así, al menos, fue su presentación la noche del pasado domingo en Bilbao, primera parada española, a la que le siguen, tras Sevilla, ciudades como Benidorm y Valladolid (también plazas debutantes) y Santiago de Compostela, donde no actuaba desde 1993. En la capital vizcaína, el Boss ofreció un concierto atípico en las grandes estrellas del rock, que desarrollan sus actuaciones siguiendo al dictado encorsetadísimos guiones (como en el caso de Madonna). Springsteen, como decimos, se saltó el protocolo en sucesivas ocasiones para atender a las demandas de las primeras filas, que habían llevado escritas en pancartas los títulos de sus canciones preferidas. Es por esto que sonó un insólito Santa Claus is coming to town, más propio de conciertos navideños que de una calurosa noche de julio en Bilbao. The Boss, de hecho, nunca nunca desvela el repertorio de sus conciertos porque lo decide según transcurre el espectáculo y así aprovecha las peticiones del público.

En Sevilla se subirá al escenario a las 22.00 para hacer realidad los sueños de los andaluces, que sudarán la camiseta como Springsteen ya que a esas horas se prevé una temperatura que aún no habrá bajado de los 32 grados. Al calor contribuirá también una impecable E Street Band que ya en el concierto del domingo hizo brillar a cada uno de sus componentes, como Max Weinberg, en un segundo plano escénico, "pero con su batería como exacta guía de la medida del tiempo", según relata Efe en su crónica del recital.

De la misma intensidad, prosigue la crónica bilbaína, fue el caso de Clarence Clemous, alternando su saxofón con las percusiones o los coros, y los guitarristas Steve Van Zandt y Nils Lofgren, el primero compartiendo micrófono con el Jefe en varios estribillos, y el segundo concentrado en las melodías para arrancarle a su guitarra unos cuantos solos. Durante las tres horas pasadas de concierto, en las que Springsteen, con sus 59 años, no dejó de moverse, también hubo hueco para geniales y celebrados himnos como The river, Promise land y la eléctrica Radio nowhere.

Lejos han quedado los días en que contemplar en directo a esta bestia escénica -o a otras de su mismo calado, como fue Madonna el año pasado o podrá ser U2 el próximo- era una quimera. Pero como ya sentenciara Bob Dylan, "los tiempos están cambiando". Y sí, la llegada a Sevilla de grandes conciertos internacionales sele debe a otra de las grandes: Madonna, esa ambición rubia que rompió el maleficio de una ciudad que no se lleva(ba) bien con el rock.

  • 1