Sucede en el fútbol que muchas veces una sola jugada es clave para decidir un partido. Esa jugada, puede ser hasta fortuita, pero trascendental porque de su resolución puede depender el resultado final. Sucedió con el penalti absurdo, pero penalti al fin y al cabo, que cometió el Nástic y que convertido por Emana llevó al Betis, con ese gol, a la victoria. Antes, el Celta había ganado en Vallecas al Rayo Vallecano y el Betis, que sigue imparable en sus resultados, toma ocho puntos de ventaja sobre el tercer clasificado cuyo corte marca el ascenso. Mejor no ha podido comenzar el año 2011.
Panorama. Con el partido del miércoles en Copa del Rey ante el Getafe, con poco que perder y mucho que ganar, aunque las dificultades serán máximas con el 1-2 de la ida, los béticos tienen antes de terminar la primera vuelta un desplazamiento a Huesca, el próximo domingo, para cerrar en casa con el Alcorcón y luego viajar a Villarreal. La situación es inmejorable y los resultados, extraordinarios aunque, a veces, como sucedió ante el Nástic, el juego no acompañe pero sí el resultado final que es el único que sirve en el fútbol.
Volvió Navas. Después de su inactividad por una inoportuna lesión volvía al Sevilla Jesús Navas. Demostración clara ante Osasuna de la importancia del palaciego. Fundamental, decisivo. El fichaje de la segunda vuelta. Todos los calificativos que quieran le valen, porque el equipo se agiganta con su presencia. Su capacidad de desborde, su calidad en el pase y en el regate lo estaba necesitando el Sevilla como agua de mayo. El Sevilla con Navas es otro y ante Osasuna quedó patente.
Tres frentes. El Sevilla sigue vivo en las competiciones que disputa: Liga, Copa del Rey y Europa League. De momento, le espera el miércoles el resucitado Málaga con muchísimas incorporaciones. Dos goles de ventaja deben ser suficientes para aplacar las ínfulas del equipo del jeque y Pellegrini, tras ganar en Gijón. La confianza de la victoria, más la llegada del mejor de los fichajes de invierno que es Jesús Navas, deben dimensionar de otra forma distinta al equipo de Manzano. Esperemos que la victoria ante Osasuna no sea un espejismo, sino un evidente signo de recuperación, aún con las dudas del juego del segundo tiempo, de las señas de identidad que antaño tuvo este equipo.