En septiembre pasado cumplió tres años este bar de tapas que se encuentra en la parte nueva de la zona de Santa Justa, buena esquina con amplia acera que permite una buena terraza de veladores donde, como en los toros, hay sol y sombra, según el lado de la esquina que se escoja. Dentro hay más mesas y una buena barra donde se tira bien la Cruzcampo, en vaso fino de sidra, muy fría, no le falta al sitio ventana a la calle para los que, conservando la postura de acodamiento en barra, no quieran renunciar al emboquillado con la caña. En cuanto a decoración, al sitio le basta y le sobra con una gran foto de la Macarena. Aunque también decoran lo suyo las paletas y jamones de bellota que se trae Pepe de Cumbres Mayores (Sierra de Huelva).
Pepe Velázquez se inició joven en esto de la hostelería, donde lleva toda la vida, estudió en la antigua escuela que había en la calle Gamazo, que pertenecía al sindicato del ramo cuando los sindicatos verticales. Su bautismo de fuego profesional fue en el Riviera, un restaurante del Hotel Colón que estaba en la Campana, luego estuvo en Inglaterra, Bélgica y la Costa Brava. Unos ocho años estuvo en el restaurante civil del Club Pineda y otros doce en Modesto, el de toda la vida de la calle Cano y Cueto. Su mujer, Auxi, emprendedora también, como se dice hoy, regenta un negocio cercano de prensa y comestibles que, con su marcha viento en popa, hizo que Pepe echara un cable en el negocio familiar, pero la inquietud por tener al fin un local de hostelería propio le hizo abrir P. Velázquez.En la barra, para amenizar la espera hay aceitunas y chicharrones "de los de toda la vida", ahora que se ha puesto de moda esa especie de carne mechada que llaman chicharrones de Cádiz.La carta de tapas y raciones es amplia, con algunas tapas ya consolidadas que han triunfado desde el principio, como el aguacate relleno de marisco (2,50 euros), con un toque de ajitos que le da una gracia especial. Magníficos y muy bien presentados los espárragos a la plancha con jamón (4,50 euros), unos espárragos verdes de buen tamaño y calibre con ibérico recién cortado, un gran plato con sabor a campo. Otro valor seguro de la carta es la berenjena gratinada rellena de bacalao (3 euros), cubierta con fina bechamel. Además en la carta hay pescados, a la plancha y fritos, revueltos y guisos, como las espinacas con garbanzos (2 euros), la carrillada ibérica (2,20 euros) o los callos de ternera (2 euros). Hay buen queso y jamón al corte, pero el ibérico también se trabaja en fresco, costillitas (2,20 euros), secreto (2,20 euros), o un churrasco por 4 euros. A las especialidades ya comentadas al principio hay que añadir otras de la carta y ofertas fuera de ella que van apareciendo a diario en las pizarras, como la fabada, la caldereta de venado, el conejo al ajillo o los arroces que se preparan los fines de semana, de perdiz o de bogavante.Se copean varios vinos, el de la casa es Rioja, Hacienda Zorita (1,60 euros), también se pueden copear Beronia (1,70 euros) y Arrogui (1,75 euros) también riojanos. El que quiera prolongar la sobremesa dispone de varias marcas de los espirituosos más conocidos (Barceló, Beefeater, Cardhu...). Hay buen ambiente, familiar, de barrio, grupos de amigos y familias enteras. Una buena opción para librar a la parienta de la cocina cualquier día.