En fútbol hay solo dos denominaciones: buenos y malos. La gama de grises es sólo para los colores. Todo viene definido porque en el deporte rey se gana o se pierde, a veces se empata, y ello determina la clasificación. Ítem más, cuando hay objetivos concretos los resultados te llevan a la calificación de bueno o malo. El Betis, con su victoria en Soria y su liderazgo en Segunda División, entra en la órbita de los buenos; el Sevilla con su derrota en Villarreal y su objetivo Champions a diez puntos de los castellonenses entra en el terreno de los malos.
En racha. El Betis tiene pegada y también, fortuna. Lo demostró con el poderío en los goles de Emana y Rubén Castro dejando claro que su pegada arriba es superior al resto de equipos de Segunda División y tuvo esa fortuna de los tres tiros a los palos del Numancia, que, dicen, siempre favorecen a los grandes. Es firme líder y tiene por delante dos partidos en esta semana que le pueden consolidar en ese liderazgo.
Preocupante. Los resultados del Sevilla FC están en consonancia con su fútbol mediocre y triste y parece que Gregorio Manzano no encuentra la fórmula. Cierto es que el segundo tiempo de Villarreal mereció al menos un punto pero el equipo no se encuentra a sí mismo en cuanto a los conceptos que le llevaron tiempo atrás a ser el outsider de los dos grandes. Dicen que Gregorio Manzano es un buen técnico y mejor psicólogo. Tiene por delante el de Bailén trabajo a destajo porque el equipo se le ha caído en juego y lo que es peor, en creer en sus posibilidades. Anda bajísimo de juego este Sevilla que aspira a tanto, pero sobre todo se le ve deambular por el campo con las ideas perdidas y esto es más de mentalidad y actitud que de preparación física y llegada de fichajes en este próximo mercado invernal.
Alarmante. El calendario llama a la preocupación con ese partido a cara de perro ante el Borussia de Dortmund en la Liga Europa para pasar a la siguiente fase como antesala de la visita al Santiago Bernabéu en la Liga, donde espera el Real Madrid de Mourinho. Por delante, con un componente muy importante para la moral, está la visita que el próximo sábado rendirá al Pizjuán el Almería. Hay mucho trabajo y poco tiempo. Manzano vino para arreglar algo que cada vez parece más desarreglado.
