De entre las muchísimas propuestas animadas que nos llegan todos los años (y de las que resulta cada vez más complicado entresacar dos o tres que valgan la pena fuera de aquéllas con las que la Pixar sigue triunfando), hace cuatro temporadas se estrenaba una que sorprendía a propios y extraños. Con un tráiler que, sinceramente, provocaba de todo menos ganas de verla, Happy feet se colaba en la cartelera un puente de la Inmaculada para presentar la historia de un pingüino bailarín que no es aceptado por su entorno (en el que todo el mundo canta). Dirigida por George Miller, el australiano responsable de filmes tan dispares como Mad Max o Babe, el cerdito valiente, Happy feet conseguía llegar al corazón del espectador con una historia magnífica, unos números musicales geniales y una animación espectacular por parte de los estudios Animal logic, que ahora vuelven a incidir en una historia protagonizada por animales.
Así, Ga'Hoole se centra en la heroica lucha de un joven búho por salvar a su comunidad de las fuerzas del Mal. Su nombre es Soren, y nació en el bosque Tyto, donde hubo un tiempo en el que habitan en paz las lechuzas. Ahora la sombra del Mal planea sobre el reino de los búhos, amenazando con destruir la paz en el bosque Tyto y cambiar la vida de Soren para siempre. Para evitarlo buscará el Gran Árbol Ga'Hoole en un viaje que se le antojará largo y angustioso. Cuando Soren y sus amigos lleguen por fin al Gran Árbol Ga'Hoole habrán de someterse a pruebas que jamás habían soñado y afrontar desafíos que nunca habían imaginado. Si son capaces de aprender de sus jefes y unos de otros, pronto se convertirán en verdaderas lechuzas de Ga'Hoole: honestas y valientes, sabias y sinceras.
