Sony Benedu, el padre de una niña de cuatro años que fue deportada esta semana junto a su madre a Nigeria, permanece en el aeropuerto de Lagos, la capital del país, tras ser también deportado, sin noticias de su familia, que podría haber sido deportada a un país distinto.
Los tres permanecieron más de 20 días ingresados en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Málaga, y fueron separados al expulsarlos en días distintos. "No hay trámite burocrático ni excusa que explique el sufrimiento que Sony Benedu esta padeciendo al no poder encontrar a su familia", afirmó ayer Gerardo Márquez, portavoz de la Coordinadora de Inmigrantes, quien añadió que es responsabilidad de las autoridades españolas asegurar el reagrupamiento familiar después de una expulsión.
La abogada de la Coordinadora, Amanda Romero, señaló que no se entiende la decisión de expulsar a la familia Benedu por separado, "y menos a Nigeria, ya que manifestaron ser de Sierra Leona", y explicó que Sony no ha conseguido obtener ninguna información de las autoridades aeroportuarias de Lagos sobre el paradero de su familia. "Lo único de lo que estamos seguros es de que Sony sí ha llegado a Nigeria, pero no hay confirmación de que su mujer e hija lo hayan hecho", indicó Romero, que anunció que se está investigando el hecho de que la embajada de Nigeria los haya reconocido como ciudadanos, cuando estas personas estaban indocumentadas y afirmaban ser de otro país, "y no queremos ser mal pensados, pero con Sierra Leona no existe acuerdo de repatriación".
Endurecimiento. El Defensor del Pueblo, José Chamizo, se adhirió ayer a la "grave preocupación" mostrada por los colectivos sociales por el "giro cada vez más restrictivo" que está asumiendo la política migratoria en España. Chamizo hizo esta reflexión tras recibir un manifiesto de denuncia de las Asociaciones Vecinales de Andalucía, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Pro Derechos Humanos de Andalucía y Andalucía Acoge.
