El Sevilla afronta esta tarde un nuevo duelo regional, en este caso ante el Málaga, que pone a prueba la enorme solidez labrada en las primeras siete jornadas de Liga. El equipo de Jiménez sigue acumulando números de oro y tiene a su alcance incluso el liderato.
Porque por mucho que mire para arriba en la clasificación, el Sevilla solo encuentra un equipo por encima, el Valencia, a tan solo dos puntos de distancia, la que pone hoy en juego en el Nuevo Colombino ante el Recreativo de Huelva. A día de hoy ese es el techo que tiene el equipo de Manolo Jiménez, que está pulverizando todos los registros con su fulgurante inicio de temporada. Sin ánimo de aburrir ni de repetir números ya consabidos en los días precedentes, baste con recordar que la portería de Palop sigue imbatida (desde el día 13 de septiembre, ocho partidos) y que el Sevilla no pierde un partido desde el pasado 19 de abril (15 encuentros oficiales).
Es decir, que sigue lanzado y que no pierde nunca, esa extensión de tiempo que abarca más de seis meses. Y lo curioso es que ha reafirmado su fortaleza cuando más débil se le presuponía. Sin delantero centro, mermado por las lesiones y sin muchas de sus estrellas se ha hecho fuerte en su defensa y ha sacado adelante dos partidos de enorme importancia, el del domingo pasado en Almería y el del pasado jueves ante el Stuttgart. Pues bien, esa tendencia positiva que parece no tener fin tiene otra escala ante el Málaga, un Málaga al que se le da bien el Sánchez Pijzuán (solo una derrota en sus últimas nueve visitas a Nervión) pero que forma parte de ese amplio grupo de equipos que dividen la Liga de esta temporada en clubes de aspiraciones europeas y clubes que aspiran a la permanencia.
De los costasoleños, además, no hay que temer a uno de sus mejores jugadores en el inicio de la temporada, el sevillista -para eso es su club propietario- Duda, cedido en el Málaga. Ni él ni Lolo podrán enfrentarse a su equipo por el contrato de préstamo. Sabia decisión. Tampoco hay que temer la racha de tres victorias seguidas de los malaguistas en la Liga, ni tampoco el alto voltaje que los choques con los malagueños suelen generar. Y no hay que temer estos factores no por falta de peligro malaguista, sino por las virtudes sevillistas, cuya ausencia sería la única fuente de preocupación.
Porque el Sevilla de Jiménez ha alcanzado tal engranaje que minimiza, ridiculiza y empequeñece a todos sus contrarios, a los que apenas permite ver la cara de Palop desde lejos. Esa es su gran virtud y por eso es el segundo equipo menos goleado. Luego, arriba, siempre suele llegar el gol. Si no es uno el que marca es otro y si no...
Luis Fabiano y Chevantón. Ambos entraron en la lista de convocados facilitada ayer por Manolo Jiménez, aunque el primero cuenta con muchas más opciones que el segundo. Si se confirma la reaparición de Luis Fabiano, Manolo Jiménez podrá respirar, porque tras la lesión de Lautaro Acosta ante el Stuttgart y su correspondiente periodo de baja -entre dos y tres semanas- se había quedado sin atacantes fijos. Si finalmente -también fue convocado el brasileño para el partido de la UEFA y al final se quedó fuera- Luis Fabiano no es de la partida se verá obligado el técnico a improvisar, aunque el hecho de no haber citado a ningún delantero del filial ya es bastante concluyente.
Al margen de la duda del delantero, al que acompañará en segunda línea Renato, la única duda se centra en el medio del campo, donde Jiménez sí tiene hábiles a todos sus hombres y a pleno rendimiento además. Maresca o Romaric y Fazio o Duscher son las dudas. En defensa, el único posible cambio sería el de David Prieto por Squillaci, porque los tres restantes parecen fijos.
