El presidente de EEUU, George W. Bush, ha dado autorización a las fuerzas armadas y los servicios secretos del país para llevar a cabo ataques en Pakistán sin pedir el permiso del gobierno paquistaní, según informó ayer The New York Times.
El presidente estadounidense dio órdenes en este sentido en julio pasado, según los "funcionarios estadounidenses de alto nivel" a los que cita el rotativo neoyorquino. Estos funcionarios afirman que EEUU notificará al Gobierno de Pakistán cuándo efectúa ataques y redadas en territorio paquistaní, como hizo la semana pasada en un pueblo cerca de la frontera con Afganistán donde murieron una veintena de personas, "pero no le va a pedir permiso".
El diario señala que "no queda claro exactamente qué figura legal ha invocado EEUU para llevar a cabo redadas, aunque sean limitadas, en suelo de un país amigo". La CIA lleva tiempo lanzando desde Afganistán ataques aéreos contra objetivos dentro de Pakistán, mediante aviones sin piloto que disparan misiles aire-tierra, pero "las nuevas órdenes para las unidades de operaciones especiales de las fuerzas armadas reducen las restricciones sobre la realización de redadas en el territorio de un aliado importante sin su permiso".
Y todo ello obedece a una nueva estrategia de EEUU en Afganistán en la lucha contra los talibanes. Siete años después del 11-S, Afganistán vuelve a ser prioridad en la "guerra contra el terrorismo" del presidente Bush, con un cambio de estrategia que pasa por la eliminación de las bases insurgentes en suelo paquistaní con el consentimiento más o menos tácito del nuevo Gobierno de Asif Ali Zardari, el viudo de Benazir Bhutto.
Bush anunció el martes el envío de 4.500 nuevos soldados a Afganistán hasta febrero próximo, tras constatar que "los terroristas están aumentando sus esfuerzos en el frente donde esta lucha comenzó". Al día siguiente, el jefe del Ejército estadounidense, Mike Mullen, dijo al Congreso de su país que la lucha en Afganistán requiere de una "nueva estrategia" que incluye la eliminación de los escondites de los insurgentes en Pakistán. "Mientras no trabajemos más de cerca con Pakistán para eliminar los refugios desde los que los insurgentes operan, el enemigo seguirá entrando" en Afganistán, advirtió Mullen.
El presidente afgano, Hamid Karzai, saludó ayer el renovado empeño de EEUU en Afganistán y pidió que las nuevas tropas se desplieguen "en lugares donde tengan un efecto en la lucha contra el terrorismo". "Creemos que el cambio de estrategia es importante. Esto significa que tenemos que ir a los sitios donde hay campos de entrenamiento y refugios", reclamó.
En las últimas semanas, tras el abandono del poder por parte de Pervez Musharraf, ha aumentado notablemente la frecuencia de los ataques en suelo paquistaní de fuerzas estadounidenses destacadas en Afganistán. Habitual- mente, se trata de bombardeos con misiles desde aviones no tripulados, pero el pasado día 3 se registró una incursión de helicópteros con comandos que asaltaron la población de Angorada y mataron a 20 civiles, según Islamabad, aunque altos cargos de EEUU que citó ayer The New York Times aseguraron que murieron dos decenas de combatientes de Al Qaeda.
El asalto en Angorada suscitó enérgicas protestas del Gobierno paquistaní, que se repitieron ayer, aunque parece claro que existe un consentimiento tácito a las acciones estadounidenses contra bases insurgentes, dijo a Efe una fuente diplomática en Islamabad.