El presidente de EEUU, George W. Bush, hará una visita a Israel y probablemente otros países de Oriente Próximo en enero, un gesto con el que quiere impulsar el proceso de paz para la región y que llega en pleno bloqueo de combustible a Gaza por las autoridades israelíes. Este castigo, en represalia a los ataques con cohetes contra Israel, se traduce, por ejemplo, en que los taxis en esta franja palestina se encuentran en peligro de extinción.
El contraste entre estas dos situaciones lo vivían Mohammed Abu Shaqfa, de 21 años, y un grupo de compañeros de facultad, que tuvieron que regresar a pie desde la Universidad Islámica de Gaza hasta casa, tras esperar durante dos horas a que apareciera un taxi. Y la distancia son 25 kilómetros.
Los característicos taxis de color amarillo abundan, pero algunos se han quedado sin una sola gota. Y es que desde el lunes las distribuidoras de combustible se niegan a recibir carburante de empresas israelíes para protestar por la decisión israelí de reducir el suministro.
La situación es ya precaria pero, encima, el Ejército israelí interpuso el domingo una demanda ante el Tribunal Supremo de Justicia para que autorice una mayor reducción de fuel para desesperación del millón y medio de palestinos que vive en la franja. A esto se unen los cortes accidentales de luz en vastas partes de la zona, porque los generadores y numerosas instalaciones no pueden funcionar sin el suministro de gasóleo.
El doctor Moawia Hasanin, director del Servicio de Urgencias del Ministerio de Sanidad en Gaza, asegura que las ambulancias siguen circulando, "pero tenemos una reducción en torno al 60 o 70% en el diesel de los generadores, y se producen muchos apagones en los últimos días. Si el fuel no llega lo antes posible, los servicios básicos de salud podrían resultar afectados", advierte.
