washington n El presidente George W. Bush expresó su pesar en una llamada telefónica al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, porque un soldado de EEUU usara una copia del Corán como blanco para una práctica de tiro, informó la Casa Blanca.
"El presidente habló con Maliki y le expresó su pesar por el incidente", indicó la Casa Blanca. Según fuentes militares, el soldado, que hizo al menos 14 disparos contra el libro sagrado del Islam, ya no está en Irak y ha sido despedido del ejército.
En su llamada, Bush agregó que el responsable de la profanación podría ser juzgado. El gobierno de Al Maliki ha pedido "el castigo más severo" para el soldado y advirtió de "graves consecuencias" si en el futuro ocurren ofensas similares.
Las Fuerzas Armadas indicaron el domingo que ya habían castigado al soldado que usó el Corán para su práctica de tiro el 9 de mayo. La copia del libro sagrado fue encontrada por algunos iraquíes en el polígono de tiro de Radwaniyá, al oeste de Bagdad. El libro tenía al menos 14 orificios de bala y notas ofensivas escritas en sus páginas.
Por otro lado, el juicio contra el ex viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz y otros siete ex altos cargos del régimen de Sadam Husein por la ejecución de 42 comerciantes en 1992 fue reanudado ayer, tras su aplazamiento el pasado 29 de abril. Uno de los abogados defensores solicitó al tribunal que se juzgara a Aziz fuera de Irak o en el Kurdistán iraquí "para facilitar a los abogados el acceso a la sede judicial".
Aziz y el resto de incriminados, entre ellos el primo de Sadam y ex ministro de Defensa, Alí Hasan al Mayid, Alí el Químico, están acusados de ordenar la ejecución de 42 comerciantes iraquíes en 1992, que supuestamente acordaron subir los precios tras la Guerra del Golfo.
Al menos tres personas, entre ellas una niña, murieron ayer y otras diez resultaron heridas por dos ataques de la insurgencia en la provincia de Diyala, 65 kilómetros al noreste de Bagdad, informaron fuentes policiales iraquíes.
Otras 16 personas murieron también, entre ellas un jefe tribal, y otras seis resultaron heridas a causa de varios ataques en distintos puntos de Irak. En uno de ellos, al menos once soldados iraquíes perecieron en una emboscada tendida por la insurgencia en la ciudad de Mosul.
