Cultura

«Buzzati, tan polifacético, hablaba del teatro como de una droga»

Pedro Gozalbes se atreve con Dino Buzzati, un autor en permanente revalorización, en este caso con una rareza: una de sus pocas obras de teatro, que habla, con su personalísimo estilo, de algo tan actual como la manipulación de las personas.

el 06 oct 2014 / 12:00 h.

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pedro-gosalbezDino Buzzati (Belluno, 1906-Milán, 1972) está, en el mejor sentido de la palabra, de moda. Además del éxito sostenido de sus títulos clásicos, sobre todo de El desierto de los tártaros, recientemente han sido publicadas sus crónicas de El giro de Italia, y ahora Renacimiento rescata desde Sevilla una obra de teatro suya muy poco conocida, Un caso clínico, traducida por Pedro Gozalbes.

No es la primera vez que este joven editor y agitador cultural, hispalense de 1981, se atreve con una traducción. Sin salir del italiano, publicó Marineros, piratas y corsarios catalanes en la Baja Edad Media de Anna Unali, y una versión de Senilidad, de Italo Svevo. Pero Buzzati era una debilidad personal que le venía citando desde hace rato. «Lo traduje por mera atracción personal», explica Gosálbez. «Fue una propuesta que le hice a Abelardo Linares, el editor de Renacimiento. A Buzzati lo descubrí en el instituto, a través de un profesor que nos recomendó su lectura, y luego volví a encontrarme sus cuentos en un viaje de estudios a Florencia. Allí estaba Siete plantas, del año 37, el relato que adaptaría para el teatro con el título de Un caso clínico», explica.

«Buzzati empieza en los años 40 a incorporarse al teatro, pero no es hasta 1953 cuando culmina esta obra. Como es sabido, fue un autor muy polifacético, de los que les gusta entrar de lleno en todos los géneros, y sin duda buscaba el éxito de público. Era también dibujante, empezó a diseñar escenografías, y llega a hablar del teatro como de una droga. De hecho, llegaría a reunir siete u ocho obras, de las cuales la más celebrada es Un caso clínico. Sin embargo, en español el corpus teatral de Buzzati no está traducido al completo aún, es su faceta menos conocida», asegura.

Desconocido, pero no del todo inédito, ya que Un caso clínico fue editado en un volumen de Plaza & Janés hacia los años 60, si bien resulta muy difícil de encontrar hoy. Su primera representación se remonta a algunos años atrás, en el Piccolo Teatro de Milán en 1953, donde obtuvo unánime éxito de crítica y público. Dos años después, en Francia, un joven Albert Camus, posterior Premio Nobel de Literatura y gran admirador de la obra del de Belluno, se encargó de hacer una adaptación para un público parisino «que quedó estupefacto, sorprendido y entusiasmado», asegura el traductor.

Y así ha ido pasando airosamente la prueba del tiempo: «Buzzati sigue funcionando y seguirá haciéndolo durante mucho tiempo», apuesta Gozalbes. «Cualquiera de sus relatos o sus otras obras tiene una lectura alegórica que va más allá del texto y le da plena vigencia. Siempre tiene temas atemporales, como se demuestra en Un caso clínico, con esa mezcla de humor, ironía y emoción, que habla de algo tan actual como el modo en que un personaje se hace prisionero de una fuerza superior. En el fondo, no es solo la anécdota: cualquier persona, en su empresa, o con las compañías de teléfono o los seguros, se deja marear por métodos habilidosos y trucos, hasta ver cómo se desgastan sus energías», agrega.

La faena de traducción, por otro lado, no ha sido demasiado complicada: «Su lenguaje no me ha dado mucha guerra. Buzzati nunca pretendía que el lenguaje alejase al lector, prefiere siempre la expresión directa y sencilla. Lo más difícil ha sido mantener la frescura y la naturalidad en los diálogos, que éstos sean fluidos y los personajes hablen de una manera nada literaria».

El sevillano no descarta volver sobre Buzzati, y acaricia un sueño: «Se sabe que escribió un diario desde muy joven, interrumpido solo un par de años. Hay algunas imágenes escaneadas que ha cedido la viuda, pero siguen inéditos. El día que salgan a la luz, será un regalo para sus lectores».

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