Economía

Cada astillero por su cuenta

La segregación total de las factorías de Huelva y Sevilla gusta a la industria, pero tiene sus riesgos

el 05 oct 2009 / 21:18 h.

Sabido es que a la Junta de Andalucía no le gusta ni una sola hoja del plan de viabilidad que ha presentado el armador propietario de Astilleros de Huelva , accionista mayoritario de Astilleros de Sevilla -el minoritario, Contenemar , suspendió pagos, esto es, solicitó concurso de acreedores-. Con palabras políticamente correctas lo dijo la semana pasada el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Martín Soler, quien sentenció que de las arcas públicas no saldría ni un solo euro si no había detrás un proyecto rentable. ¿Y qué le gusta entonces a su departamento?

En estos momentos, la Consejería y la empresa onubense están inmersas en un duro tira y afloja sobre las distintas posibilidades para salir de la grave crisis por la que atraviesa, cuya principal causa es la falta de financiación para que cuajen en contratos los buques negociados, amén de los tradicionales problemas de espacio con los que se topa la factoría naval de Huelva.

Desde la fusión de Huelva y Sevilla hasta la entrada de socios externos, son varias las posibilidades barajadas por la dirección, aunque en ellas no entra que el armador salga del capital. Pero fuentes conocedoras de las negociaciones indican que a la Junta le gustaría una "segregación total" de las factorías sevillana y onubense, y que de fusión (esta última opción supondría que la segunda se quedara como centro de reparaciones de la primera), nada de nada.

Las fuentes relatan que la idea sería dejar en minoría al armador de Huelva dentro de la sociedad de Sevilla, lo que conllevaría el desembarco de nuevos socios, "y los hay". Entre ellos, la industria auxiliar naval, que está sufriendo en la provincia sevillana la falta de nuevos pedidos para la planta hispalense, con cientos de despidos ya ejecutados y otros cientos previstos para este mes. Las sociedades de capital riesgo también serían una opción para tomar una porción del capital, no en vano Soler ha manifestado en reiteradas ocasiones su interés por potenciar este tipo de firmas, que dan un impulso inicial a un proyecto o sacan del atolladero a otro para después salir del accionariado.

La industria auxiliar, que presiona también a la Junta para que dé una rápida solución a la crisis naval, diría sí a su presencia accionarial en Astilleros de Sevilla, aunque el no está de antemano si le obligan a hacer tres cuartos de lo mismo en la compañía Astilleros de Huelva.

"Cada una por su cuenta y con su gestión separada", dicen fuentes de la industria auxiliar, quienes apelan a la lógica empresarial para realizar esta solicitud. Pero, ¿qué lógica?

Creen firmemente en la viabilidad de la factoría sevillana, pero dudan, y mucho, del futuro de la onubense, a no ser que reconvierta su actividad hacia un centro de reparaciones y de construcción de buques de menor tamaño respecto a los actuales. Pero aquí radica una de las razones por las que es tan complicada la operación más allá de las urgencias de financiación que lleva aparejado el negocio naval, necesidades de las que ya acumula no pocas historias el armador.

En efecto, separar por completo ambas empresas dejaría muy heridos a Astilleros de Huelva, sería un rejón casi de muerte. Y alcanzamos la cuestión política. UGT y CCOO se reunieron ayer con la dirección provincial del PSOE sevillano, con José Antonio Viera a la cabeza, quien les manifestó el respaldo "decidido y sin reservas" del partido. Pero es que en Huelva la formación política ha prometido lo mismo a la plantilla onubense, con garantías para el empleo y la actividad industrial, y tacha a la empresa de modélica. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

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