El curso que está a punto de acabar arrancó en algunos centros, como en el caso de la Facultad de Derecho, con aulas atestadas de alumnos. Los estudiantes culparon entonces al Reglamento de actividades docentes, y más concretamente a su artículo 27 (cuyo contenido se reproduce en estas líneas), de dicha situación. El enfado llegó hasta el Claustro universitario del pasado octubre donde el rector Joaquín Luque conminó a los representantes estudiantiles a presentar una propuesta de reforma. Ayer, tras seis meses de negociaciones, la comisión de proyectos normativos envió a todos los claustrales una nueva redacción del artículo.
El cambio podría resumirse como una cesión de poderes de la Universidad de Sevilla a las facultades y escuelas a la hora de fijar los criterios e itinerarios para matricularse. Con la normativa en vigor, el estudiante sólo podía cursar materias de distintos cursos si se matriculaba de las materias obligatorias que tenía pendientes. Ahora, la comisión de proyectos normativos propone dos cosas. La primera: que los alumnos no puedan matricularse de asignaturas si no cursan las materias consideradas de "formación básica" no superadas (un 25% de la carrera); y dos (citamos textualmente): "Las juntas de centro podrán acordar propuestas adicionales de itinerarios de matriculación", que después tendrán que ser refrendadas por el Consejo de Gobierno. En esta última decisión, con la que la Hispalense diluye su vigilancia y control sobre el proceso de matriculación, ha pesado el hecho de que son los centros los que "mejor conocen" sus planes de estudio y, por tanto, cuáles son las condiciones más justas y equilibradas a la hora de matricularse, según fuentes universitarias consultadas por este periódico. El nuevo articulado excluye, por último, a los estudiantes que disfruten de una beca en el extranjero, como el caso de los erasmus y similares.
No será la modificación del artículo 27 del Reglamento de actividades docentes lo único que haga la Universidad para evitar el colapso en la matriculación que el mismo rector reconoció ante el Claustro. Luque achacó entonces los problemas a los cambios "masivos" de planes de estudio como consecuencia de la aplicación del Plan Bolonia y al criterio de asignación de grupos por orden de llegada que tienen algunos centros. En relación a esto último, el rector se comprometió a cambiar esta instrucción de forma que "no será el primero que llegue el que elija grupo". Cómo se hará es todavía una incógnita.
El artículo 27
Lo que dice...
Los estudiantes podrán matricularse en materias o asignaturas de distintos cursos del plan de estudios siempre que se matriculen de todas las materias o asignaturas de carácter obligatorio de los cursos inferiores que no hubieren superado, con la posible excepción de aquellas asignaturas en las que ya hubieren agotado, a efectos de las normas de permanencia, cuatro convocatorias.
Lo que dirá...
1.En los títulos de Grado, los estudiantes podrán matricularse en una asignatura siempre que lo hagan de todas las asignaturas de formación básica de cursos inferiores que no hubieren superado, entendiendo por asignaturas de formación básica lo dispuesto en el artículo 12.5 del RD 1393/2007.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado anterior, las juntas de centro podrán acordar propuestas adicionales de itinerarios de matriculación ordenada.
