El base ex cajista se mide el domingo por vez primera al equipo en el que se formó desde los 14 años. Año y medio después de su marcha, todo es distinto en Sevilla.
-¿Cómo le van las cosas en Granada, en su regreso a la ACB tras su emigración a Sofía?
-La verdad es que estoy muy contento; el equipo está peleando por meterse en la Copa del Rey, algo que nunca ha conseguido, y el otro día logramos la victoria número 100 del club. Personalmente en los últimos partidos estoy jugando bastante poco (ante Gran Canaria ni saltó a la cancha), quizás por los retoques que ha hecho el técnico tras las cinco derrotas seguidas, pero es cuestión de tiempo volver a la normalidad.
-¿A qué se pudo deber esa crisis pasajera del equipo tras un inicio tan prometedor?
-Creo que más que un bache nuestro fue una cuestión de calendario. En esos partidos nos medimos a Real Madrid, Barcelona o Pamesa y en Menorca perdimos en el último segundo, pero ahora estamos otra vez en la misma línea del principio de temporada.
-No sé si conoce el dato, pero sus números en Granada son inferiores a los que hizo en Sevilla...
-Aquí el equipo lleva funcionando bien cuatro o cinco años y tiene siete jugadores que no cambian de un año a otro, por lo que es complicado acoplarte a los sistemas. En el Caja, salvo Cazorla y yo, siempre eran todos nuevos y se partía de cero.
-¿Cómo ve al Cajasol de Magnano, su rival del domingo?
-Lo importante no es como se empieza sino como se acaba y me parece que están en progresión. En los últimos partidos ya no están perdiendo tan claramente y en San Pablo están bastante bien.
-También el CB Granada está fuerte en su cancha...
-Sí, es verdad. La afición casi llena el pabellón cada partido y eso motiva. Además, estamos sabiendo jugar mejor los minutos finales en casa que fuera, aunque también hay que reconocer que salvo Unicaja, el resto de equipos son de nuestra liga.
-Hablaba antes de la progresión del Cajasol. ¿Le preocupa algún hombre en particular?
-Nadie en concreto, pero hay que admitir que Miso ha vuelto muy fuerte. Siempre que te lesionas te cuesta mucho coger el ritmo y él en poco tiempo está imparable. También Kakiouzis, Miles o Ellis son jugadores a vigilar.
-Resulta muy llamativo que no quede en el Caja ni un solo compañero suyo, sólo dos temporadas después de su marcha.
-Sí, es sorprendente. No quedan jugadores de mi época ni tampoco el entrenador ni parte de la directiva son los mismos, pero eso son circunstancias del deporte.
-Por cierto, ¿ya olvidó sus problemas con Manel Comas?
-Claro. Si he llegado a algo y me dedico a esto es gracias a Sevilla. La entidad está por encima de los problemas puntuales entre las personas, no hay ningún rencor.
-En todo caso, será el domingo un día especial para usted.
-Sí, pero lo pasaré peor cuando vaya a San Pablo. Siempre pregunto cómo ha quedado el Caja. Estuve allí desde los 14 años y está claro que es mi equipo.