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Cada mes se registran en Sevilla diez matrimonios falsos de media

El año pasado la Policía Nacional investigó 121 uniones sospechosas entre españoles y extranjeros.

el 17 mar 2014 / 08:00 h.

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CIVIL Una media de diez matrimonios falsos, popularmente conocidos como de conveniencia, son registrados en Sevilla cada mes. En total la Policía Nacional asumió el año pasado la investigación de 121 uniones entre ciudadanos españoles y extranjeros, todos ellos en situación irregular antes de contraer matrimonio, que en su mayoría se declararon ilegales porque tras ellos no había más que el interés por lograr regularizar la situación en nuestro país. A cambio, el español que se ofrece para cometer este fraude recibe cantidades que oscilan entre los 1.000 y los 2.000 euros, aunque se han dado casos en los que se ha llegado a cobrar hasta 6.000 euros. «Todo depende de la situación y las necesidades que tenga la persona que va a cometer el fraude», explica el jefe de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, Manuel Lineros, quien asegura que no hay un perfil más o menos establecido sobre las personas que acceden a este tipo de ilícitos. «Aunque, es verdad que en muchos casos son personas con dificultades económicas, incluso de zonas desfavorecidas de la ciudad y con problemas de drogodependencia», afirma, por lo que encontrar antecedentes penales en su historial no es nada extraño. De hecho, este es uno de los datos que hace saltar las alarmas sobre ciertos matrimonios, aunque la principal es que la persona extranjera no cuente con sus papeles en regla, «aunque esto no quiere decir que por el simple hecho de no estar regularizado nos vamos a encontrar siempre ante un matrimonio falso». La investigación sobre estos casos se abre después de que las irregularidades sean detectadas por algún organismo. El primer filtro suele ser el Registro Civil, donde el año pasado el juez, Eugenio Pradilla, rechazó una veintena de matrimonios falsos, al detectar en las entrevistas previas que se hace a la pareja que eran de conveniencia. «El año pasado tuvimos 1.800 expedientes matrimoniales, por lo que parece que son pocos, pero si comparamos por nacionalidades la cifra es más elevada», explica el magistrado. «Hay casos que son muy llamativos, como por ejemplo por la diferencia de edad de los contrayente», añade. Pero la gran parte de los casos que le llegan a la Policía son a través de la Oficina de Extranjería de la Subdelegación del Gobierno, ya que el expediente matrimonial tiene que ser entregado en este organismo para poder solicitar la residencia en España. «Cuando ellos detectan cualquier dato raro, nos lo envían para que lo investiguemos», señala Linares. Los agentes comienzan entonces con sus pesquisas entrevistando a familiares y amigos, «porque a veces nadie del entorno sabe que se ha casado», además de averiguar si la pareja comparte domicilio. También intentan comprobar si ha existido algún pago de por medio para cerrar el acuerdo. Si logran recabar las pruebas que demuestren que se trata de un matrimonio irregular se informa a la Fiscalía de Familia y Protección de Menores, que una vez abiertas diligencias y comprobado que hay motivos de considerar que se trata de una unión falsa. El Ministerio Público lo remite a los juzgados de Familia instando a la nulidad. El año pasado, según las estadísticas del Decanato de los juzgados, se declararon nulo cinco matrimonios frente a los 23 del año pasado. La Policía también informa del resultado a la Oficina de Extranjería que puede iniciar el expediente de expulsión del extranjero, cuya ejecución corresponde también a la citada Brigada policial. Este sería el procedimiento más habitual y normal, puesto que celebrar un matrimonio de conveniencia no es delito, es una infracción administrativa. «Pero también nos encontramos casos en los que sí se considera delito, como por ejemplo cuando los papeles aportados son falsificados o cuando se trata de una red organizada y dedicada a llevar a cabo este tipo de uniones, por favorecer la inmigración ilegal», indica Linares. Sello falsificado. Uno de los casos más llamativos que los agentes resolvieron el año pasado fue el de la falsificación de un sello de una parroquia de la ciudad. A la Policía Nacional le llamó la atención el que le llegaran varios casos de presuntas uniones falsas, en las que todas venían de la misma iglesia, en la que no constaban estos matrimonios. Los agentes comprobaron entonces que el sello había sido falsificado a partir de un certificado original. Hubo varios detenidos. Otro de los casos más llamativos se produjo en El Pedroso, en concreto en un club de esta localidad, en el que varias chicas que trabajaban allí y que estaban en situación irregular contrajeron matrimonio con supuestos clientes. O el caso de una red en la que el español podía elegir a su pareja de conveniencia. Pero no siempre tras estas parejas está el interés, «también hay casos de buena fe, gente que es engañada y se casa pensando que la otra persona está enamorada; o ancianos que se casan con su asistenta para que no la echen del país».

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