Economía

'Cada vez hay más rigor entre las empresas de agricultura ecológica'

El consejero delegado de Sohiscert, empresa de certificación de calidad, lleva toda su vida profesional dedicado a la agricultura ecológica. Asegura que el sector debe afrontar sus dos asignaturas pendientes en Andalucía: la transformación y la comercialización.

el 16 sep 2009 / 08:36 h.

-Sohiscert no es un tipo de empresa común. ¿Cómo nace?

-Nos dedicamos a la certificación de la calidad de la agricultura ecológica. La empresa como tal se constituyó en 1998, aunque yo había colaborado antes en la formación de los consejos de regulación que se dedicaban a esto. Decidí que quería hacer algo en este sentido pero en el sector privado, como se daba en otros países de Europa, y de ahí el nacimiento de Sohiscert. Surgió de varias entidades del sector de este tipo de agricultura y de colaborar con una entidad europea de este campo, Ecocert, que tiene el 49% del capital. El resto nos lo repartimos, a grandes rasgos, un socio y yo.

-¿Qué dificultades se encontró en los inicios?

-Lo primero a lo que nos enfrentamos fue convencer a la Administración pública de la necesidad de este tipo de entidades en el negocio, y luego nos centramos en cumplir con la normativa y en pedir la autorización para funcionar. De hecho, comenzamos a operar antes en Castilla-La Mancha, en 2000, porque fue donde nos autorizaron primero. Hasta el año siguiente no empezamos en Andalucía. El negocio se ha ido diversificando con los años, ya no sólo hacemos certificación en el sector ecológico, aunque sigue siendo éste el que tiene más peso. Nos hemos abierto a otras ramas agroalimentarias.

-¿Se encuentra con muchos desfases entre los parámetros que se exigen y lo que hacen las empresas?

-Cada vez afinan más, hay más rigor. Ése ha sido siempre nuestro caballo de batalla porque es una cuestión que está directamente relacionada con el consumidor, ya que sabemos que el producto ecológico que consume es más costoso y por eso tenemos que garantizar que lo sea al 100%. Eso sí, ahora hay menos incidencias que antes.

-¿Y qué papel juega en todo esto Andalucía?

-La comunidad destaca sobre todo en producción ecológica, porque es líder en superficie, aunque es cierto que está sobredimensionada la estadística, ya que parte de ella no es productiva, sino que está destinada a aprovechamiento forestal. Lo que falla es la elaboración final del producto y la comercialización. Otras regiones, como Levante y Cataluña, tienen más transformación. La asignatura pendiente del sector es abrir la producción al mercado nacional y atraer a un segmento más amplio de clientes. El consumidor medio no reclama productos ecológicos.

-¿A qué cree que se debe?

-Se debe en parte a que aquí se ha relacionado siempre que todo lo que procediera del campo era natural y ecológico, mientras que en otros países se ha tenido conciencia de los productos que se usaban en la agricultura y sus efectos nocivos. Por otro lado, las primeras empresas que empezaron en el sector decidieron destinar su producción al exterior sin abrir el mercado nacional. Ha fallado, sobre todo, el tema de la logística a la hora de llegar hasta el consumidor. Hay que esforzarse por crear plataformas para llegar a los lineales de las grandes superficies.

-Algunas, como Carrefour y El Corte Inglés, han decidido retirar las bolsas de plástico para conciliar con el medio ambiente. ¿Deberían llevar estas campañas también a la alimentación ecológica?

-Precisamente esas dos grandes superficies son las que mejor tratan a los productos ecológicos. Hay una cierta gama donde elegir e incluso han sacado al mercado marcas propias. La campaña de sensibilización de las bolsas de plástico puede casar muy bien con otra dedicada al fomento del consumo de productos ecológicos. En cualquier caso, la retirada de bolsas de este tipo puede venir bien al sector de manera indirecta.

-Certificar han de certificar las empresas del sector haya o no haya crisis. ¿Le afecta por esto menos la coyuntura actual?

-Con los clientes, desde luego, no lo hemos notado. Sobre todo teniendo en cuenta que por parte de la UE ha habido ayudas para fomentar la agricultura ecológica y esto ha llevado a muchos agricultores a optar por el cambio. Por otro lado, la industria sabe que en época de crisis a lo último que debe renunciar es a la calidad del producto. Si lo notamos, es como el resto de empresas, en el cierre del grifo de los bancos y en el retraso de los pagos.

-En el último boletín de su empresa critica la desaparición de la Dirección de Agricultura Ecológica dentro del organigrama de la Junta. ¿Qué se ha perdido?

-Andalucía fue la primera región en crear una Dirección general específica del sector y esto fue muy positivo. El paso de las competencias a una Secretaría General es un caramelo envenenado. Es un paso atrás que no se entiende, sobre todo ahora que el sector está en plena expansión.

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