La producción de residuos peligrosos en Andalucía durante el año 2008 alcanzó las 305.227 toneladas, la mayoría generadas en las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla, lo que ha supuesto un descenso del 1,68 por ciento respecto al año anterior.
Por sectores de actividad, la mayor parte de este tipo de residuos lo genera el sector metalúrgico y eléctrico (73.682 toneladas), seguido del energético (62.639 toneladas), descontaminación y eliminación de residuos (52.789), paraquímico (35.758) y servicios comerciales (29.191), según un informe por la Consejería de Ambiente.
El documento, que ha sido presentado ante la Comisión de Seguimiento del Plan de Prevención y Gestión de Residuos Peligrosos de Andalucía, confirma que en 2008 se declararon en la comunidad autónoma 305.227 toneladas de residuos peligrosos, frente a las 310.453 de 2007.
Por provincias, destaca Cádiz, con 92.506 toneladas de residuos generados, seguida por Huelva, con 68.667 toneladas, y Sevilla, con 52.113.
En estos tres enclaves se ubican los grandes núcleos industriales de Andalucía, que suelen albergar a las empresas más productoras.
No obstante, la provincia onubense ha registrado una disminución respecto a 2007 de 17.000 toneladas.
De las 305.227 toneladas de residuos peligrosos originadas en 2008, el 92,3% (281.761) estuvo producido por el 6,2% de los centros, mientras el resto tiene su origen en los informes anuales entregados por los pequeños productores.
El informe sobre producción y gestión de residuos peligrosos refleja también que mientras que las toneladas generadas en 2008 descendieron un 1,68% respecto al año anterior -305.227 toneladas frente a las 310.453 del 2007-, el número de declaraciones presentadas se incrementó un 2,2% en relación a 2007, hasta alcanzar las 13.800.
La Comisión de Seguimiento del Plan de Prevención y Gestión de Residuos Peligrosos de Andalucía se constituyó para informar periódicamente sobre aspectos como el grado de ejecución de los programas de actuación propuestos en este plan, los resultados conseguidos o las acciones correctoras que tengan que introducirse, entre otros.