Si, como decía Fernando Villalón, el mundo se divide en dos partes llamadas Sevilla y Cádiz, en los últimos meses la producción literaria de un lado parece dispuesta a reivindicarse desde el otro. No es otra la impresión que produce el desembarco de talentos gaditanos en el catálogo de la editorial sevillana Paréntesis, con varios nombres jóvenes pero conocidos que han entregado a la imprenta excelentes títulos.
El más veterano de ellos es el poeta y narrador José Manuel Benítez Ariza (Cádiz, 1963) que con Vida nueva continúa la línea iniciada con la novela Vacaciones de invierno alrededor de la educación sentimental de su generación con la Transición democrática como telón de fondo.
El escritor, que reunió lo mejor de su obra en verso en Casa en construcción, ofrece en estas páginas un fresco de los últimos años 70 cargado de evocaciones poderosas y hallazgos afortunados, que concluye en los primeros días de 1979, "en esos días que yo no hacía otra cosa que leer libros y tontear con muchachas que también leían libros", escribe.
También novelista, Juan Carlos Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1972) se dio a conocer con títulos como La vida en espiral (premio Rodrigo Rubio de novela negra) o Tren de cercanías (premio Universidad de Sevilla de novela corta) y ahora se revela en Bancos de niebla como un prosista de indudable valía, a la altura de su hermano, el conocido escritor Félix J. Palma.
La trama gira en torno a Mario, figura ausente que un amigo de la infancia tratará de recuperar componiendo el puzle de una serie de confesiones inesperadas. Las soledades y angustias de la etapa infantil, así como los traumas de la adolescencia, son la madeja que el lector irá deshilvanando. La editorial la define como "un largo poema en prosa con múltiples interrogantes, una turbadora narración sobre el acoso y el aislamiento".
Por otro lado, la grata sorpresa de este paquete de lanzamientos es el libro de relatos Cámara oscura, de Pilar Vera. Más conocida hasta ahora por su quehacer como periodista en Diario de Cádiz, Vera se destaca ahora como una espléndida narradora de corta distancia, muy hábil en la construcción de relatos fantásticos, con una no disimulada influencia de la literatura céltica, los cuentos de hadas o las leyendas praguenses, y explícitas gratitudes hacia autores como Angela Carter o Roald Dahl.
El propio Félix J. Palma se ha referido a su paisana Vera como "una voz personalísima, donde conviven el regusto de los clásicos con una visión tan moderna como oscura del mundo en que vivimos".
Finalmente, Miguel Ángel García Argüez (La Línea de la Concepción, 1969), conocido tanto por sus incursiones poéticas -Las tijeras y el yogur, Ecce woman, La Venus del Gran Poder, Cambio de agujas- como por sus relatos -El bombero de Pompeya- y novelas -Los búhos- vuelve sobre este último género con Carne de gato, que ha sido definida como una radiografía de la actual juventud gaditana, hastiada, desmotivada y sin expectativas, "especialmente las clases proletarias y populares", todo ello expuesto con la contundencia y el realismo al que este autor tiene acostumbrados a sus lectores.
Cabe destacar que García Argüez también acaba de sacar a la luz un nuevo poemario, Los días del maiz (Ediciones Baile del Sol), una suerte de ambicioso génesis personal que tiene como pretexto un viaje al sur de México y Guatemala.
