La Guardia Civil ha desarticulado una organización de narcotraficantes que operaba en la costa gaditana con la incautación de 2,8 toneladas de hachís y la detención de 32 personas, entre ellas un agente en prácticas del puesto de Barbate acusado de facilitar información a la red.
Estos arrestos se han producido en el marco de la operación Marroncito que se inició el pasado marzo, cuando se empezó a sospechar que vecinos de San Fernando y Conil podrían formar parte de una trama estructurada dedicada a introducir droga por el litoral gaditano.
Las primeras pesquisas permitieron poner en marcha de un dispositivo de vigilancia que interceptó dos alijos de hachís, con un peso de 2.800 kilos, en la playa de Conil, donde fueron detenidas 18 personas en una primera fase de la operación.
Esta actuación continuó con la realización de cuatro registros domiciliarios en Chiclana y San Fernando y con la detención de otras 15 personas en el transcurso de esta semana. Como resultado de esta operación se han intervenido una pistola detonadora, una catana, varias joyas, veinte teléfonos móviles, 6.000 euros en efectivo, siete vehículos, una moto de agua y abundante documentación para su posterior análisis y estudio. Además, ha sido precintado un inmueble de lujo en El Mayorazgo, en Chiclana de la Frontera, propiedad del jefe de la organización.
Los detenidos, la droga y los objetos intervenidos han sido puestos a disposición de la autoridad judicial.
Entre los arrestados, un agente en prácticas de la Guardia Civil del puesto de Barbate tendrá que declarar ante el juzgado por su presunta colaboración en esta organización delictiva a la que podría haber ofrecido información vital para los narcotraficantes a la hora de introducir la droga sin riesgos.
No es un caso único. No es la primera vez que se da un caso de este tipo en la provincia de Cádiz. Está pendiente de celebrarse un juicio que sentará en el banquillo a dos efectivos de la Policía Nacional y a un agente de Vigilancia Aduanera, acusados de facilitar el paso de la droga en el puerto a cambio de remuneración económica.
Ayer mismo, la Brigada de estupefacientes de la Policía Nacional detuvo en Málaga a un policía local de Melilla por su presunta relación con un alijo de 400 kilos de hachís hallado en un doble fondo en las ruedas de un camión estacionado en un aparcamiento de la capital malagueña. Junto al agente fue detenido un marroquí y se investiga la posible implicación del empleado del aparcamiento.
