Con un contundente 31,3 por ciento de la cuota de clientes en Andalucía, Caixabank es ya el banco de uno de cada tres andaluces, superando la media nacional situada en el 27,4 por ciento (algo más de uno de cada cuatro) y convirtiendo a la entidad catalana en líder del mercado andaluz, igual que lo es del español. Es una de las consecuencias de la absorción de Banca Cívica, en la que estaba integrada la amplia red de oficinas (y los dos millones de clientes) de la sevillana Cajasol, y que culminó a mediados de 2012.
Caixabank alcanzó los 13,6 millones de clientes en 2013 y logró un beneficio de 503 millones de euros, más del doble que el año anterior (118,9 por ciento), pese a haber sido muy conservadora y haber mantenido una provisión de fondos para dotaciones y saneamientos (reservas para compensar créditos o préstamos fallidos o de dudoso cobro) de 7.500 millones, según el balance anual presentado ayer por su presidente, Isidro Fainé, en la sede central de Barcelona. Con unos activos de 340.190 millones y un volumen de negocio de 510.835 millones, dispone de una liquidez de 60.762 millones.
La caja catalana presumió de haberse consolidado como líder de «en la mayoría de segmentos y productos»: acapara a 27 de cada 100 clientes españoles (más de un punto por encima de 2012), y una de cada cinco nóminas (21,6 por ciento), pensiones y seguros de ahorro (19,9 por ciento). Los recursos totales de clientes alcanzaron los 303.604 millones (+4,4%) y los créditos disminuyeron un 7,1%, hasta los 207.231 millones. 2013 fue presentado por Fainé, como un año de «cambio de tendencia», en el que se viajó «de la desconfianza a la confianza» y se pasó de la moderación inicial a una «recuperación posterior muy clara». «Y las perspectivas para 2014 son mejores», insistió, mostrándose de acuerdo con las previsiones que anuncian que España crecerá «un 1 por ciento» o puede incluso «sobrepasarlo ligeramente», en paralelo al crecimiento de la Zona Euro y mientras EE. UU. crecerá un 3 por ciento.
El presidente de Caixabank consideró que el país afronta el «año cero de la unión bancaria en clave de recuperación», aunque matizó que «necesita crear empleo para dejar atrás la crisis», una crisis que «puso al descubierto importantes desequilibrios macroeconómicos» que ha sido necesario ajustar en el sector bancario, algo que aún no han acabado, aventuró. «El gran ajuste pendiente es el de la administración pública», añadió.
Fainé se mostró muy satisfecho de los resultados porque, pese a ser un año difícil, Caixabank consiguió «aumentar las cuotas de mercado y mantener el crédito». El margen se vio reducido por los costes de absorber a Banca Cívica y Caja Valencia (con las compensaciones por los expedientes de regulación de empleo y la integración, los gastos de explotación extraordinarios han sido de 839 millones), y el Euríbor estuvo en mínimos históricos, por lo que consideró que mantener los márgenes de interés tuvo «mucho mérito». Por contra, un «excelente ejercicio en bolsa» ayudó a compensar las cifras, como el haber aumentado los ingresos bancarios o mejorado las sinergias (436 millones en sinergias de costes por la integración de entidades, frente a 104 del año anterior).
El vicepresidente y consejero delegado, José María Nim, coincidió en que nunca había habido «un entorno de semejante dificultad», descifrando la fórmula para superarla: «En un año de muchísimos acontecimientos extraordinarios, el (margen) ordinario ha funcionado mejor que nunca». Caixabank asegura que una de las claves ha sido incrementar su competitividad «prácticamente doblando la acción comercial» para elevar su presencia, más allá de lo que suponía la integración de otras entidades. Y en este escenario «brilla especialmente el negocio que nos gusta más, el de particulares». Nim se confesó «centrado en la captación de clientes, nóminas y vinculación» hasta lograr unas cuotas «espectaculares» de penetración de clientes. Tan satisfechos están, que es la primera vez que la desagregan en las cuentas anuales. Han mejorado las cuotas de mercado de nóminas, fondos de inversión y planes de pensiones. Ha crecido un 40% la financiación del consumo (1.170 millones de activos y 800 de nuevo negocio). Todo ello sin subestimar que también se ha mejorado un 51,5% la penetración en las empresas.
Junto a las grandes cifras económicas, Isidro Fainé quiso destacar la labor de la Obra Social de La Caixa, que como en los últimos siete años volverá a estar financiada en 2014 con 500 millones de euros. «Nosotros no somos solo un banco, somos una institución», indicó el presidente de Caixabank, para defender su compromiso con el entorno. Del total, 335 millones se destinarán a programas sociales, 66 a ciencia y medio ambiente, 64 a cultura y 35 a educación e investigación. Fainé destacó los dedicados a luchar contra la pobreza infantil, incorporación laboral de personas con discapacidades, atención a la tercera edad o vivienda.
Preguntado sobre los desahucios en viviendas de Caixabank y sobre iniciativas, como el decreto andaluz, que apuestan por expropiar el uso de casas a bancos que pretendan desalojar a personas sin recursos, Fainé aseguró con contundencia que no le consta un solo desahucio. «Que yo sepa no hemos hecho ninguno, adoptamos esa política hace tiempo y no se hacen, salvo que pueda haber habido algún error». Destacó que la entidad «ha ofrecido 21.000 viviendas a precios de hasta 300 euros, otro cupo con alquiler solidario del que financiamos el 50% y otras viviendas sociales, más las que están alquiladas y 71.000 VPO financiadas». «En esto hemos sido pioneros: lo que hacemos es dialogar», sentenció tajante.
