Si escolares y jóvenes manejan las tecnologías al dedillo, resulta lógico que la banca adapte sus cajeros para abarcar todas aquellas operaciones financieras que no requieran presencia física en las oficinas. De ahí el gran despliegue anunciado ayer por Caixabank para renovar sus terminales. Nada más y nada menos que una inversión de 500 millones de euros que se completarán en los próximos diez años. En el caso de Andalucía, la noticia no se limita a los aparatos en sí: la fabricación de éstos se ha asignado a la planta malagueña de la multinacional Fujitsu.
Una usuaria acerca su teléfono móvil al terminal para operar sin necesidad de tarjeta electrónica. / EL CORREO
Serán 8.500 cajeros no sólo dotados de las «últimas tecnologías», sino concebidos para acoger a cuantas vayan surgiendo. Se trata del terminal Punt Groc, cuyos servicios van desde la lectura contactless de tarjetas (permiten pagar compras acercándola al dispositivo de cobro de los comercios), hasta móviles y dispositivos wearable compatibles (por ejemplo, los relojes inteligentes), pasando por el reconocimiento automático de billetes, el uso de unidades recicladoras de billetes (facilitan la disponibilidad de efectivo en los cajeros y simplifican los procesos de carga manual) o ingresos de cheques. La característica más reconocible de los nuevos terminales: doble pantalla, una que es propiamente transaccional y la otra como soporte operativo y comercial.
Es el primer cajero del mundo desarrollado íntegramente por una entidad financiera con la participación de los usuarios y, además, exclusivo para su red. «En el proceso de creación, Caixabank involucró a más de mil clientes», aseguró a través de un comunicado.
En cuanto al lector contactless, el banco catalán ha sido el primero también en incorporarlo a sus cajeros. El cliente puede extraer dinero en menos tiempo y sin introducir físicamente la tarjeta o utilizando su teléfono móvil o pulsera wearable, en caso de disponer de los servicios de tarjeta TAP Visa o de pago con NFC.
El software permite personalizar totalmente el menú de servicios que aparece al iniciar las operaciones. La oferta completa de éstas incluye más de 250 posibilidades diferentes, «que se presentan mediante un libro de estilo basado en las últimas tendencias en diseño y facilidades de uso», instalado en el conjunto de la red de la entidad financiera durante el primer trimestre de 2014.
El cliente puede incluso configurar el control de sus reintegros, evitando desagradables sorpresas a final de mes: ver exactamente cuánto dinero ha sacado y disponer de una alerta si supera la cantidad límite que él mismo ha fijado. Y se acaba, además, con una de las quejas comunes de los cajeros: que quieres 150 euros y te ofrece tan sólo tres de 50, sin billetes menores y el malestar del comerciante u hostelero cuando pagas compras o consumiciones de reducido importe. «Existe la posibilidad de elegir el tipo de billete en los reintegros». Y hasta 17 idiomas distintos en el menú, incluidos el chino y el árabe.
Caixabank ya ha iniciado la instalación de sus terminales de nueva generación y, en principio, la red quedará completada en 2024. Muchos años para una tecnología que avanza una barbaridad. ¿La clave? Que los aparatos están preparados «para todo aquello que pueda venir», esto es, que el diseño informático le permite ir adaptándose e incorporando más y más posibilidades.
Los números. Los cierto y verdad es que los cajeros de esta entidad ya venían ofreciendo servicios adicionales a la pura operativa bancaria de sacar o meter dinero. Por ejemplo, imprimir entradas para espectáculos que habían sido adquiridas a través de internet. No tanto en cajeros ubicados en el exterior como dentro de las propias oficinas los grandes terminales de color amarillo.
Los datos ofrecidos ayer sobre el volumen de usuarios y operaciones revelan el porqué de tamaño despliegue inversor: 7,5 millones de personas al mes (clientes y no clientes), 560 millones de transacciones al año y la friolera de 32.400 millones de euros en retiradas en metálico, mientras que los ingresos alcanzan los 29.300 millones. «Éste es uno de los motivos por el que la entidad ha desarrollado especialmente la funcionalidad de ingresos por cajero, con tecnologías únicas en el mercado que incluyen el reconocimiento de billetes y la liquidación inmediata en cuenta de la operación».
La fábrica malagueña de Fujitsu está especializada en electrónica del automóvil (desde radio CD hasta antenas o módulos de seguridad como los airbag), equipos electrónicos y terminales financieros. Sus ventas alcanzaron los 67 millones de euros el año pasado, con una previsión de 83 millones para éste y de 129 millones para el próximo. Entre trabajadores directos e indirectos, emplea a casi 350 personas.
Uno de cada cuatro cajeros operativos en España ha sido fabricado por la multinacional japonesa. Buena parte ha salido de su planta de Málaga, gestada en 1977. El pasado julio recibió del Banco Central Europeo la homologación para la nueva generación de terminales.
EN DETALLE Conjuntamente. Durante los próximos años, Caixabank potenciará, con la colaboración de Fujitsu, la creación de nuevos servicios para cajeros que, gracias a la capacidad técnica de los nuevos terminales, se podrán extender inmediatamente a la red. La planta malagueña de Fujitsu es, de hecho, la referencia en terminales financieros del grupo japonés no sólo para España sino para toda Europa, y acaba de recibir la homologación del BCE para una nueva generación de cajeros inteligentes.
Accesibles. Los nuevos cajeros de Caixabank incorporan también los últimos avances en accesibilidad. «En concreto, la nueva solución de accesibilidad de los terminales de la entidad ofrece recursos de apoyo a personas mayores, personas con discapacidades o usuarios poco familiarizados con el uso de dispositivos electrónicos». Entre las herramientas de ayuda, destacan un avatar en lengua de signos, pantallas de alto contraste, textos y botones de gran tamaño y navegación mediante teclado. «Son opciones que mejoran la experiencia con el terminal, y que pueden ser de especial utilidad para personas con discapacidad».
Y más tecnología. La entidad catalana cuenta con una red de más de 9.000 terminales (una parte está ya renovada), un parque de 12,4 millones de tarjetas emitidas, más de 9 millones de clientes de banca on line, 4,2 millones de clientes de banca móvil y 10 millones de descargas en su oferta de aplicaciones para smartphones y tablets.
