No hace ni 15 días que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, apostó por acelerar las fusiones de las cajas andaluzas en mitad de la crisis y el proyecto topó ayer con el primer no: el de Caja Granada. Su presidente, el socialista Antonio Claret García, se desmarcó del largamente acariciado proyecto de una gran caja andaluza.
Caja Granada optó ayer por emitir un comunicado "ante el debate suscitado sobre las cajas de ahorros de Andalucía". Su presidente aclaró que para acometer fusiones es "prioritario" el "consenso interno" y que en estos momentos no se plantea participar en ningún proyecto de fusión con otras cajas ni en "operaciones de consolidación empresarial".
La nota llegó poco después de que el presidente de la Junta, Manuel Chaves, y Antonio Claret García compartieran mesa en Sevilla durante la presentación del informe económico Eseca 2007. Hace dos semanas, Chaves retomó el debate sobre la necesidad de "acelerar" las fusiones de las cajas andaluzas y señaló "la crisis financiera como la gran oportunidad" para caminar hacia una gran caja, que fortalezca el músculo financiero de la comunidad. Es un proyecto recogido en el programa electoral socialista del PSOE-A, aunque camina envuelto en la prudencia después de la costosa crisis política que vivió ese partido en 1999, cuando la Junta fracasó estrepitosamente al tratar de imponer una caja única en Andalucía a través de la ley. Desde entonces Chaves lo tiene marcado en el debe de su cuenta política personal.
El pasado viernes, durante la reunión del comité director del PSOE-A, el presidente andaluz ya advirtió a sus militantes más relevantes cuál sería el gran obstáculo que deberían vencer. Allí precisamente se sentaba, fue algo inusual, el presidente de Caja Granada. Chaves instó a trabajar con sindicatos y partidos, a cerrar "un gran acuerdo político y cívico", y a eliminar "actitudes chovinistas o localistas".
La hoja de ruta del PSOE y del Gobierno tiene marcado en rojo la primavera de 2009, cuando Cajasol -nacida de la reciente fusión de las cajas occidentales- culmine la renovación de sus órganos. Es entonces cuando los socialistas quieren poner sobre la mesa un protocolo de fusión que integre a cuatro de las cinco cajas andaluzas. La ambición del Gobierno es que sólo Cajasur, donde la Iglesia controla un 30% de la asamblea, quede al margen. Unicaja, Cajasol, Caja Jaén y Caja Granada se unirían en una gran entidad, capaz de competir con Caja Madrid o La Caixa.
Hace aguas. Pero ese proyecto, que aún el Ejecutivo autonómico perfila y ni ha plasmado en un documento oficial, ya ha recibido un no rotundo de la caja que más resistencia ha planteado siempre a la fusión. Se complica casi antes de nacer oficialmente. En 2001 los dirigentes granadinos de PSOE, PP, IU, PA, los sindicatos UGT y CCOO, y la Confederación de Empresarios suscribieron el llamado Pacto del Saray, que apostaba por preservar la caja granadina al margen de fusiones.
El rechazo granadino a una fusión oriental, que supondría quedar engullida por Unicaja, la entidad de más dimensión en Andalucía, es ya un clásico. Si los socialistas pensaban que en mitad de la crisis esa resistencia se aminoraría no ha sido así.
La guerra de las cajas queda una década atrás. Desde entonces se ha normalizado el mapa financiero, Cajasur ha firmado la paz con la Junta, la fusión occidental y el nacimiento de Cajasol se ha consumado, las cajas han emprendido proyectos de colaboración importantes como su integración en el Banco Europeo de Finanzas (BEF), pero las resistencias a una gran caja siguen vivas en las provincias. Al menos, en Granada. El pronunciamiento de la entidad llega justo después de que el alcalde granadino, José Torres Hurtado (PP), arremetiera duramente contra un plan de fusiones que llamó "el sueño de Chaves".
Quien quiera. Ayer el presidente andaluz, antes de que trascendiera públicamente el comunicado de Caja Granada, defendió las fusiones y aseguró que no es "una cuestión política ni del PSOE" sino un proyecto en el, en su opinión, "todos los partidos deberían estar comprometidos". Sin ese gran pacto, admitió, existe una gran dificultad que puede bloquear el proceso, informó Europa Press. Chaves defendió la gran caja andaluza como algo "absolutamente necesario, siempre en el marco del respeto a las decisiones que adopten los consejos de administración y los órganos de dirección de cada caja". Si una entidad no quiere, por las razones que sea, "esa decisión va a ser absolutamente respetada".
